domingo, 29 de julio de 2007

¿Y ahora qué?

Ayer no quise escribir ni una sola palabra sobre el suceso de los aledaños de la discoteca Manhattan (me niego a llamarlo "accidente"). No quise hacerlo por respeto y porque corría el riesgo de que la mezcla de sensaciones me nublara la razón.

Hoy sin embargo sí que quiero ofrecer mi punto de vista y lo quiero hacer mirando hacia adelante, por difícil que pueda parecer. "Se veía venir" o "ya lo dije yo" son frases completamente inútiles hoy y será la Justicia quien tenga que dilucidar las responsabilidades que procedan. No es mi tarea.

La crudeza de lo acaecido ayer en Huesca debe ser un punto de inflexión para que todos arrimemos el hombro. Es fácil generalizar o impersonalizar en las administraciones y redactarles las listas de tareas pendientes- que las tienen. Sin embargo, es tarea de todos la lucha activa contra pequeños actos en nuestro entorno que pueden desembocar en grandes tragedias. Dejando de lado la responsabilidad que cada uno hemos de asumir en nuestros actos, quien más quien menos tenemos la oportunidad de invitar a un amigo o conocido a que - aunque se enfade- no coja el coche después de beber, censurar a quienes se jactan de estúpidas gestas al volante en forma de velocidad o de maniobras macabras, o de denunciar los comportamientos delictivos - sí, he dicho delictivos- cuando los presenciamos en primera persona. Si cuando presenciamos un atraco o similar denunciamos, ¿por qué hemos de sentirnos mal al denunciar los delitos de tráfico?

Reconozco que anoche no me podía quitar de la cabeza lo sucedido y me enrabietaba pensar en las razones que pueden mover a quienes, inmunes lo sucedido, volverían a coger el coche yendo hasta arriba de todo. Es tarea de todos la lucha activa contra ellos para que no tengamos que seguir lamentando la pérdida de personas inocentes.

Mi más sentido pésame para todos los afectados.

viernes, 27 de julio de 2007

Crónica de la II Carrera Boca del Infierno


Casi una semana después del evento, me siento hoy para plasmar por escrito las innumerables sensaciones vividas el pasado domingo 22 en la II Carrera Boca del Infierno que, organizada por el Club Asamún, tuvo lugar en el Valle de Hecho (Huesca).

El sábado por la tarde Hecho ya emanaba ambiente deportivo: fuimos bastantes los que acudimos a recoger el dorsal y a escuchar las explicaciones que tanto Rafael Medina como Sergio San Gumersindo - del club Asamún - daban apoyándose en un vídeo editado para la ocasión. La cantidad y calidad de obsequios en la bolsa del corredor no eran sino una premonición material de lo que nos aguardaba al día siguiente en la Boca del Infierno. Cierto temblor en las voces de Rafa y Sergio delataba los nervios de quienes han trabajado mucho y bien cuidando hasta el último detalle, por minúsculo que fuera.

A la mañana siguiente tocaba madrugar para estar sobre las 8'30 cerca de la salida: caras conocidas, nervios de última hora y a Rafa que se le van las piernas deseando correr, aunque sabe que sus obligaciones se lo impiden. Pocos minutos antes de las 9, todos al corralito de salida donde voluntarios capitaneados por la gran Maru - la voz de las inscripciones- controlan los dorsales: "El 31 va a ganar", bromea cuando me ve.

A las 9 en punto, el alcalde del Valle de Hecho alza un pañuelo al viento y se oye el grito de los corredores. Ese grito cuyo volumen - dice mi hermano - es proporcional a la dureza de la prueba. Los dos primeros kilómetros transcurren por una pista ancha y los que disputan la carrera salen fuertes para tomar posiciones antes de que el camino se estreche y se convierta en sendero.

Tras atravesar un puente de madera, comienza el sendero y con él la primera subida del día. El primer descenso se coge con reservas, pues a la vuelta se recorrerá en sentido inverso. Todavía queda mucho camino.

En la parte trasera de la carrera formo grupo con Guillermo, un mozo de la zona que se enfrenta a la prueba con tanta ilusión como carreras le quedan por delante. Vamos tranquilos, andando deprisa en las subidas y trotando suavemente cuando el terreno lo permite. En definitiva, vamos disfrutando.

Ante el despliegue de cintas que marcan la ruta es inevitable acordarse del trabajo de Rafa. "Madre mía, y luego habrá que quitarlas...", pienso entre mí. En cualquier caso, no sólo es cosa de Rafa y no sólo son las cintas: se nota que han desbrozado la senda. Han puesto escalones e incluso, más adelante, una soga en el tramo donde el año pasado se desvió equivocadamente un buen número de corredores. Sobresaliente el trabajo de todos.

En el avituallamiento del Campamento de San Juan de Dios, me sorprende la presencia de Sergio. No hubiera querido verle allí porque era síntoma de que algo había sucedido, en este caso con su tobillo. Vaya rabia. Por desgracia, no fue el primero ni el último que tuvo que abandonar por una torcedura.

Ya sin Guillermo, encontré un nuevo compañero en el furgón de cola: Jesús. Con él ascendimos al refugio de Gabardito, descendimos hacia el puente de Santa Ana e incluso trotamos ante la afición oscense poco antes de la calzada romana. Tal como había anunciado Rafa en la reunión del sábado, en la calzada pega el sol y la subida se hace bastante dura. Con Jesús esperándome y dándome ánimos, conseguimos iniciar un descenso en el que el rugir del río nos anuncia que estamos cerca del Campamento de San Juan de Dios.

En el avituallamiento nos ofrecen agua y aquarius pero les pedimos la bota de vino. Llegados a este punto sabemos que tenemos la carrera en el bolsillo y queremos celebrarlo. Por la radio, comunican "Estamos almorzando con el dorsal 122 y el dorsal 31". Renunciando a la longaniza pero con una sonrisa, reemprendemos la marcha que nos ha de llevar a la línea de meta en el Campamento de Ramiro el Monje.

Sabemos que estamos cerca pero parece que los repechos no terminan nunca. Con arengas mutuas llegamos a cruzar el último de los barrancos e iniciamos el último descenso con la premisa de llegar sanos y salvos y con la ilusión de bajar de las cuatro horas, algo con lo que yo no contaba.

Caras conocidas nos anuncian que estamos ya en esos metros en los que las piernas parecen flotar solas y la alegría diluye el cansancio, la sed y las ampollas.

Aunque llegamos últimos, la carrera no termina para los organizadores hasta que no localizan al último corredor - extraviado y posteriormente encontrado como un bolso en la tarde del sábado. Tampoco termina para Berta y Ana (Studio 58), que se han multiplicado a lo largo y ancho del recorrido para captar las mejores imágenes.

Después: abrazos, fotos, sonrisas, barril de sidra, ducha, comida, sorteo de regalos - un 10 para los sponsors- y, por encima de todo, la sensación de haber disfrutado de un día - como diría Sergio- MARAVILLOSO.
  • LO MEJOR: Todo (la organización en pleno, el cartel, la belleza del recorrido, el ambiente, la sidra, la camiseta, las chesitas, los sponsors, el sorteo de regalos, el animador de la sobremesa, ...)
  • MEJORABLE: Para el año que viene habría que intentar que todo el mundo acuda a la reunión técnica del sábado por la tarde. Conlleva el reto del alojamiento pero habrá que intentarlo.
  • LO PEOR: Sin duda, la mala pata de los que por una u otra razón no pudieron terminar la prueba. Seguro que el año que viene os desquitáis.
Ps.: Suena reiterativo, pero desde aquí mi reconocimiento a todas las personas que colaboraron de una u otra manera ya fuera en la entrega de dorsales, el marcado del recorrido, la logística, los avituallamientos, los cruces, la comida... Enhorabuena

jueves, 26 de julio de 2007

Un regalo: The Gift


Cuando menos como espectacular se puede calificar el concierto del grupo portugués The Gift el pasado viernes en Pirineos Sur.

Abrió la velada Teresa Salgueiro, propuesta de gran calidad que quedó un poco empañada por el frío reinante a las orilla del Embalse de Lanuza. Tras ella, llegaron The Gift dispuestos a caldear el ambiente con un encomiable despliegue de sonido en el que destacó sobremanera la entrega de Sónia Tavares en la voz - y qué voz- y la vitalidad de Nuno Gonçalves - el escenario se le quedaba pequeño- liderando una banda muy versátil.

Temas como el precioso "Music", "Fácil de entender" (su única canción en portugués) o un "Driving you slow" finalizado con estrofas del "Enjoy the Silence" de Depeche Mode encandilaron a los presentes. Como colofón al derroche de facultades, una demostración de Nuno Gonçalves con el theremin, broche final a un concierto espectacular: todo un regalo.

miércoles, 25 de julio de 2007

A vueltas con el cartel

Aunque coincido bastante con lo que dice Mon, voy a volver a escribir sobre el cartel de marras. Trataré de ser conciso para no aburrir al personal. Allá voy.
  1. A mí el cartel no me gustó, pero no deja de ser sólo un cartel de fiestas. No creo que sea un asunto tan capital como para que tiemblen los cimientos de la ciudad. Qué exagerados "semos"a veces, pardiez ...
  2. Felicito al autor porque, intencionadamente o no, ha conseguido que muchos que no le conocíamos nos sepamos ahora su nombre de memoria. Si buscaba repercusión y publicidad, desde luego lo ha conseguido.
  3. Además, hay que reconocerle también al cartel el mérito de haber logrado que todo el mundo hable de las Fiestas de San Lorenzo dos semanas antes de que empiecen.
  4. Y no sólo eso: El conejito en cuestión ha agudizado el ingenio de muchos oscenses que con un cartel más previsible jamás se hubieran lanzado a la actividad creativa: eslóganes, chistes, propuestas de carteles, pegatinas...
  5. En cualquier caso, Óscar Lamora simplemente ha hecho lo que le encargaron: un cartel. Otra cosa más discutible es si ese procedimiento "digital" hay que cambiarlo para próximos años retomando un concurso abierto.
  6. En todo este tema han sobrado muchas palabras (quizás entre ellas las mías): no me han gustado algunas salidas de tono al igual que no me parecieron muy afortunadas (y es una opinión totalmente subjetiva) las explicaciones que dio el autor sobre el cartel cuando fue presentado.
Dicho esto, por lo que a mí respecta, considero zanjado el tema. Me está empezando a cansar.

jueves, 19 de julio de 2007

Cartel de las Fiestas de San Lorenzo 2007


Subjetividades aparte, lo que está claro es que entre caballos, conejos, mulos, leones, las llamas que se paseaban de vez en cuando por la Magantina y los bichos que se me olvidan a bote pronto, menuda imagen de parque faunístico vamos a tener en Huesca.

Yo la verdad es que, desde mi desconocimiento del arte del diseño gráfico, no acabo de ver la relación de Huesca con el animalico en cuestión. Puestos a coger un mamífero representativo, casi que me quedo con los camellos de las ferias.

Se abre la veda de opiniones sobre este cartel, obra de Óscar Lamora.

Ps.: La foto la he sacado de la web de Radio Huesca.

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[25/07/2007: Actualización]

Tras contestar todos vuestros comentarios he decidido zanjar el tema con una nueva entrada.
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miércoles, 18 de julio de 2007

Mis señales favoritas: Prohibido cantar


Cuán hartos debían de estar en el local en cuestión para haber tenido que colocar el cartel de la fotografía. Sin duda, merece estar en el olimpo de esta sección que tanto me gusta.

Espero vuestros comentarios. Eso sí, nada de canturrear, que nos conocemos...

Mis señales favoritas: "A-robá"


Si alguien conoce el significado de esta señal y es tan amable de explicarme qué significa exactamente, le estaré agradecido.

Cuando yo me examiné del carnét, la arroba era una unidad de medida.

Declaración

Por la presente, me declaro abiertamente admirador absoluto de los vídeos que acompañan a las canciones en los karaokes. He dicho.


miércoles, 11 de julio de 2007

II Carrera Boca del Infierno (II)


Sin ánimo de quitarle protagonismo a la flamante nueva página de los amigos de Asamún, os dejo un vídeo con la ficha técnica y el recorrido de la II Carrera Boca del Infierno que, como bien sabréis a estas alturas, tendrá lugar el próximo domingo 22 de julio.

Esta mañana ha tenido lugar una rueda de prensa en la Diputación Provincial de Huesca en la que el Alcalde del Valle de Hecho y dos socios de Asamún han presentado la prueba a los medios.

Lleva mucho tiempo organizar este tipo de pruebas así que, desde el Salto de Roldán, ¡nuestra máxima enhorabuena!




Más información y más vídeos en la web de Asamún.

martes, 10 de julio de 2007

Budapest

Budapest sabe a la paprika del goulash y suena a músicos gitanos en los restaurantes, a arroz con col y a yellow submarine a grito pelado. Budapest es una ciudad preciosa pero con el aspecto desaliñado - y a la vez encantador- de quien parece todavía no se ha despertado tras una guerra mundial.

Budapest es pasear por sus puentes entre Buda y Pest, sobre el Danubio y bajo las arañas. Es el timbrazo del tranvía advirtiéndonos de su paso, las bicis a toda pastilla por un carril-bici compartido con los peatones, los taxis cafres a mil por hora y la administrativa del congreso a cámara lenta. Una silla manchada, el CD de óperetas húngaras - que está o no está - sobre un televisor - que no pita o pita-, o los albornoces juguetones que esconden el bañador - o no-.

Relaja con la precisión del termostato que indica 38º y altera con las olas que rompen en la escalera de la piscina exterior. Asfixian el baño turco y quienes insisten en convencerte para que acudas a sus clubes de despelote. La cuesta del Gellert invita al deporte, como la ascensorista a la gimnastika, y al trote el tranvía que se para inesperadamente justo entre dos puentes.


Una ciudad, en el fondo, donde tan pronto te encuentras con Santiago Segura como con Spiderman y puedes tomarte un B52 entre incontables fotos de Manowar. Un lugar donde te invitan a jugar en iluminados futbolines - que se llaman de otra manera- en los que los jugadores no son ni del Osasuna ni del Zaragoza, ni del Athletic ni del Barcelona y dos defensas acompañan al portero en la última línea defensiva.

Unas calles por las que se pasa de largo de la sonriente camarera, del calor a la lluvia que moja a todos menos a J., de la Drehel fría a la fondue de chocolate con frutas, del coro infantil en la Basílica de San Esteban a la tortura de la Macarena, del black train a la ensalada de vitaminas.

Un lugar, en definitiva, en el que se disfruta la compañía al tiempo que se echa de menos a los que, por unas cosas o por otras, no han podido acudir. Una ciudad, Budapest, que como en su día hicimos con Dresde, os invitamos a experimentar por vosotros mismos.