jueves, 11 de septiembre de 2008

Me ha llamado un ángel

Acabo de recibir la llamada de un ángel que encontró la cámara y, tras leer uno de los carteles que puse en una de las zonas donde sospechaba que la había perdido, me ha llamado para devolvérmela.

Aún no la tengo, pero me veo en la obligación de escribir esta entrada y volver a afirmar rotundamente que el mundo está lleno de buena gente.


¡¡GRACIAS!!


6 comentarios:

Jasmonato dijo...

Que suerte! Pero que suerte has tenido!! Me alegro Nacho. Ya me enseñaras las fotos.
Un abrazo

Anónimo dijo...

:O !!

Esas cosas sí que alegran el día.

Nacho Alastruey Benedé dijo...

Jasmonato y Anay:

Por desgracia, la cámara ha llegado sin pulso. A pesar de que la he operado con mucho cariño y un destornillador de precisión, nada se ha podido hacer por salvarla.

Presumiblemente fue atropellada por un coche antes de ser descubierta por la persona que tan amabilísimamente me la ha devuelto.

Aunque no podrá fotografiarse ella misma con una sonrisa pintada frente a un espejo para protagonizar la portada de esta bitácora, me deja como legado unas fotos únicas y la sensación de calma que me produce haberla recuperado sabiendo que estamos rodeados de gente que realmente vale la pena.

Gracias :)

Anónimo dijo...

Ahora la cuestión es... ¿la habrías recuperado de no haber estado pisoteada y moribunda?? vamos a pensar que sí.
Me gustaría saber si quedasteis en plan "voy con una camiseta roja de los Rollin´" o ella se guió del contenido de la maltrecha cámara para distinguirte de la multitud de las calles de Huesca.

HombreRevenido dijo...

Menuda angustia de historia.
Con final agridulce. La samaritana que encontró la cámara. La cámara que mantuvo las fotos y las protegió con su vida.
Menuda historia.

Nacho Alastruey Benedé dijo...

Muma:

Indudablemente, sí me la habrían devuelto. Eso se ve en la cara.

¡Un abrazote!

Ps.: No fue difícil el encuentro ya que se perdió prácticamente en la puerta de mi casa, y allí quedamos.

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Hombre Revenido:

Un final agridulce, pero con recuerdo más dulce que agrio.

Un abrazo.