La Avenida de los Danzantes de Huesca tiene un curioso carril bici de uso compartido con los peatones por la simple y aplastante razón de que no hay acera.
Esta convivencia forzosa suele provocar situaciones curiosas, respingos, sustos y de vez en cuando también algún que otro exabrupto.
Pedaleaba yo esta tarde por el citado carril bici cuando entre la niebla he intuido un terceto de señores que paseaban en paralelo con animada conversación. El caso es que a mi "por favor" han respondido con una sonrisa y un "aquí cabemos todos" mientras se colocaban en perfecta posición de abanico ciclista y me daban el alegrón de la tarde.
Y es que ahora que tanto hablamos de movilidad y sostenibilidad en Huesca, me parece imprescindible que tengamos todos presente que, efectivamente, aquí cabemos todos.