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jueves, 16 de noviembre de 2017

Ataque

Julio de 2007. Budapest. Una sesión de un congreso sobre tecnología y unos aragoneses asistiendo a la misma.

La sala, semivacía. Al principio, había más gente pero una soporífera intervención ha hecho que varias personas abandonen la estancia sin rubor alguno.

En aquel tiempo no existía el whatsapp y el móvil lo utilizábamos para hablar así que la única distracción social e incomprensiblemente aceptada era el ordenador portátil. A P., que lo había encendido para tomar notas sobre la ponencia, se le acabó la inquietud científica y abrió su navegador. Los clicks le llevaron a la página donde estaban publicadas las fotos de un evento al que habíamos asistido meses antes. Con cadencia constante y poco entusiasmo aparente, avanzaba por el álbum, cuando apareció la foto.

Con un "madre mía", P. giró la pantalla hacia nosotros y ahí comenzó el calvario. No recuerdo quién comenzó pero la risa empezó a ser una reacción incontrolable. Tratábamos de tragarla, de ahogarla pero era imposible. A pesar de que estábamos en la última fila, en la sala quedábamos cuatro gatos y T., protagonista de también de la foto, intentaba en vano calmar las carcajadas advirtiendo "el ponente va  a pensar que nos estamos riendo de su trabajo". Ni por esas.

Recuerdo perfectamente cómo cada uno intentábamos gestionar nuestros impulsos, ya que salir de la sala requería pasar por delante del estrad y no era una opción. Yo decidí mirar al frente intentando abstraerme de la situación pero, claro, como por el rabillo del ojo percibiera el mínimo movimiento o carraspeo, me volvía a partir la caja. 

Cuando terminó la sesión, abandonamos la sala lo más dignamente que pudimos todavía con los ojos húmedos y esa sensación de agujetas en el estómago generadas al intentar aplacar lo indomable.

Anoche, viendo el vídeo del parlamente andaluz que acompaña a esta entrada, me vino a la mente ese ataque de risa y pensé que muchos de los mejores recuerdos provienen de esas situaciones que uno no puede prever ni controlar.

martes, 14 de noviembre de 2017

Dos detalles para empezar el día

Si exceptuamos los vídeos de hazañas deportivas de mi SD Huesca, soy muy reacio a compartir vídeos por las redes sociales. Como de vez en cuando va bien rasgarse los hábitos, hoy voy a hacer una excepción y os voy a pedir que dediquéis unos minutos a visualizar el siguiente vídeo.



Seguramente contemplar la excepcional destreza del muchacho y dejarse contagiar del ritmo de la música ya haya valido la pena pero permitidme resaltar dos pequeños detalles:

- Minuto 1:40: Al niño le pica la nariz.
- Minuto 1:50: Al niño se le cae una baqueta.

La reacción del pequeño ante ambas situaciones me sugiere empezar el día consciente de que es posible sacar tiempo para "rascar" con naturalidad aquello que nos incordia. Y sobre todo, que - cuando damos todo lo que tenemos- no son los lamentos sino la condescendencia con nuestros errores lo que nos permite recuperar el ritmo y seguir adelante.

Buenos días :-)

  

lunes, 2 de mayo de 2016

Cicloturismo y frenos de disco




El pasado jueves 28, un comunicado en la web de la marcha cicloturista Quebrantahuesos informaba de que las bicicletas equipadas con frenos de disco no estarán autorizadas en la edición que se va a celebrar el próximo 18 de junio en Sabiñánigo. Esta decisión zanjaba las dudas que varias federaciones habían suscitado haciendo interpretaciones diferentes del reglamento de la Unión Ciclista Internacional (en adelante, UCI).

Comoquiera que el tema me parece muy complejo, he decidido hacer un análisis lo más objetivo posible antes de dar mi opinión al respecto.

Un poco de historia


Aunque hubo intentos anteriores, fue a finales de los 90 cuando los frenos de disco revolucionaron las bicicletas de montaña. Y como pasa con cualquier innovación, los inicios fueron duros encontrando cierta resistencia (hasta el propio José Antonio Hermida fue reacio al cambio). Hoy en día, sin embargo, nadie concibe una BTT de gama media-alta sin este tipo de frenos.

En el año 2013, la UCI aprobó la utilización de los frenos de disco en las bicicletas de ciclo-cross. Desde ese momento, empezó a ser vox populi la inminencia del desembarco de los frenos de disco en en las bicicletas de carretera y los catálogos de las principales marcas comenzaron a incluir modelos, obviamente destinados al cicloturismo. 

En la primavera de 2015 la UCI daba el primer espaldarazo a la utilización de frenos de disco en competición, planteando la oportunidad a los equipos UCI World Tour de utilizar bicicletas con frenos de disco en dos carreras a su elección entre agosto y septiembre de 2015. Así las cosas, el corredor guipuzcoano Markel Irízar se convirtió en el primer ciclista en utilizarla en una gran vuelta por etapas en la etapa que discurrió entre Córdoba y Sierra de Cazorla el 27 de agosto (aquí podéis escuchar sus impresiones).

Tras las primeras pruebas en competición, la UCI anunciaba en noviembre de 2015 que se continuaría haciendo pruebas durante 2016 con la intención de aprobar definitivamente su uso para 2017. Al citado anuncio de la UCI le sucedió una queja de la asociación de ciclistas profesionales (CPA) lamentando la falta de consulta de la UCI sobre esta cuestión.  

Un hito relevante: El accidente de Fran Ventoso en La París - Roubaix '2016


Con opiniones para todos los gustos sobre el tema, llegó la clásica París - Roubaix (10 de abril de 2016). Esta clásica es una de las pruebas más exigentes del año por sus tramos de pavés que, añadidos al barro, la arena y la estrechez de las vías (y no hablo de los trenes de alta velocidad), llevan al límite tanto a los corredores como a sus bicicletas.

Cuentan que la versión primigenia de bicicleta "gran fondo" (tipo de bicicleta con una geometría más cómoda y por tanto recomendada para el cicloturismo) de la casa Trek nació del diseño que solicitó Fabian Cancellara para la París - Roubaix. Y varios fueron los equipos que, en esta edición de 2016, apostaron por la utilización de frenos de disco en una clásica en la que las caídas y sus correspondientes montoneras están, por desgracia, a la orden del día.

En una de esas montoneras se produjo la escalofriante lesión de Fran Ventoso (me niego a reproducir la foto, más que nada porque se me pone mal cuerpo), con una herida que dejó a la vista el hueso de su pierna izquierda.

Su posterior carta explicando lo sucedido precipitó los acontecimientos y apenas unos días después,  el 14 de abril de 2016, la UCI informaba en un comunicado de la "suspensión de de las pruebas de los frenos de disco"

Este comunicado de la UCI ha desencadenado un rosario de interpretaciones:

- La Federación Española de Ciclismo emite el 26 de abril un comunicado indicando que "En ningún momento, en ningún instante y bajo ninguna circunstancia temporal y/o transitoria la RFEC ha autorizado o permitido el uso de frenos de disco en todos y cada uno de los eventos federados de carretera organizados bajo su amparo"

- Sin embargo, las federaciones catalana y asturiana no hacen la misma interpretación. En el caso concreto de Asturias se indica textualmente que "la Federación de Ciclismo del Principado de Asturias deja a la libre elección de cada participante el tipo de bicicleta y complementos que desee utilizar, siendo éste el responsable de sus actos"



Mi opinión


Expuestos los acontecimientos, me lanzo a dar mi opinión al respecto.

- En primer lugar, en todo este batiburrillo de comunicados y contra-comunicados, quiero decir que aguardo con interés la opinión de las marcas. Tanto de las marcas de bicicletas como de los fabricantes de frenos. Es evidente que se han generado dudas más que razonables con respecto a la posibilidad de cortes provocados por los discos. Urge realizar pruebas al respecto y no sirven vídeos caseros en las redes sociales. Desconozco si la solución pasa por tapar los discos con un protector (las marcas tendrán que analizar el impacto en la temperatura de los discos) pero en cualquier caso, lo primero es la seguridad. La mía, por supuesto, y también la de los demás.

- Pienso que hubiera sido deseable un poco más de rigor por parte de las entidades reguladoras del cicloturismo. No es de recibo la disparidad de criterios sobre un mismo asunto y más tratándose de un asunto de seguridad. Desconozco la razón, pero creo que ha sobrado precipitación.

- También tengo que decir que tengo mis dudas en que haya que tratar de la misma manera el ciclismo profesional y el cicloturismo. Insisto, eso sí, en que lo primero es la seguridad. Pero creo que no se debería comparar una París Roubaix con una marcha cicloturista. En cualquier caso, ya que algunos se quieren poner así de estrictos, lo justo sería que se velara por el cumplimiento de todas las normas UCI. Que yo sepa, no se revisa el peso de las bicicletas, ni se comprueba la homologación de todos los componentes ni, lo que más me fastidia, la Quebrantahuesos ha expulsado jamás de la prueba a los muchos desaprensivos que empuercan el Pirineo durante la prueba, incumpliendo el reglamento UCI del "Ciclismo para todos"

- Con respecto a la Quebrantahuesos, diré que que vetar la participación de las bicicletas con frenos de disco a menos de dos meses para la prueba y con las inscripciones formalizadas y pagadas es una faena. Pienso en aquellos que hayan tenido que reservar viaje y alojamiento y creo que desde la organización hay tiempo para plantear una solución (más si cabe, habiendo una lista de espera como la que hay). No pienso subirme al carro de quienes disfrutan atacando impenitentemente a la organización pero creo que es necesario tratar este tema con suma sensibilidad y confío en que la Quebrantahuesos estará a la altura.

¿Y ahora qué?


Pues ... ¡¡vayan ustédes a saber!!. Por el momento ya corren rumores por los mentideros de que en junio la UCI levantará el veto y volverá el periodo de pruebas. Tengo claro es que la industria, que ha apostado claramente por esta tecnología, no se va a quedar parada y seguro que hay noticias. Lo que ya no sé es si esas novedades llegarán con el tiempo suficiente como para que todos podamos hacer las cicloturistas planificadas con la máxima seguridad para todos.

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Actualización 03/05/2016


¡Ni 24 horas han transcurrido desde que escribí esta entrada y ya ha habido novedades! 


La Federación Española de Ciclismo ha emitido un nuevo comunicado en el que se indica textualmente que "en relación a los eventos federados no competitivos de carretera adscritos al título 15, que hace referencia a las pruebas de ciclismo para todos-marchas ciclistas, que en los mismos no existe restricción sobre el uso de los frenos de disco" .

En cualquier caso, sigo pensando que ahora es turno de que se hagan todas las pruebas oportunas para disipar todas las dudas que se han generado y, sobre todo, para garantizar la seguridad de todos los que disfrutamos con la bicicleta.







jueves, 26 de noviembre de 2015

No es un día cualquiera

Apresurado y con la cabeza ocupada en mil cosas enfilaba ya los últimos cien metros que me separaban de casa. Un día más. Un día cualquiera.

Enfrente de mí, una anciana se detiene ante un cartel, que con varias fotos de niños, señala una guardería. Con toda su alma y una sonrisa tiende un beso en la punta de sus dedos y toca la mejilla de un niño. Y así con todos.

La miro y sonrío. Me mira y sonríe. Ya no me acuerdo de qué era lo que angustiaba mi cabeza. Ya no es un día más. No es un día cualquiera. 

domingo, 20 de septiembre de 2015

X

Hace unos días se me ocurrió curiosear cuánto tiempo ha pasado desde aquel día en que sentí un impulso irrefrenable de lanzar mis reflexiones Desde el Salto de Roldán a quien las quisiera escuchar.

Desde entonces esta bitácora, como su autor, ha tenido momentos de todo tipo: desde prolíficas ráfagas creativas hasta prolongados silencios debidos a falta de tiempo o simplemente a la sensación de tener poco o nada que decir.

Diez años y 625 entradas después, releo aquella primera entrada y siento que mis razones siguen más vivas que nunca. Sigo creyendo que el mundo esta lleno de buena gente y que la buena gente es mayoría pese a que unos pocos pretendan que parezca lo contrario, ya sea vociferando por la red o llamando la atención en la vida real. 

Diez años en los que han cambiado muchas cosas aunque algunas, como la ilusión de percibir que hay alguien al otro lado, permanezcan intactas.
 
Gracias por estar ahí.

miércoles, 9 de septiembre de 2015

Canasta

Huesca. Parque Miguel Servet. Entorno de la estatua del rey (monumento a los reyes aragoneses). Son aproximadamente las 18:30 horas.  Un grupo de una decena de jóvenes se coloca enfrentado cara a cara en dos hileras. Se les ve activamente nerviosos.

Un chaval de los situados en el lado izquierdo saca un balón de fútbol y, mientras otro graba con el teléfono móvil,  el esférico comienza a zigzaguear de cabeza en cabeza hasta que el último rematador - el más alto del grupo, por cierto - intenta embocar en la papelera. Fracasa.

El entusiasmo de los chavales me regala una sonrisa y una incontrolable necesidad de girar mi cabeza para visionar el segundo intento, nuevamente fallido en la suerte final de la canasta.

Abandono el Parque,  enmimismado y envidioso por no poder sentir la ilusión de los cabeceadores. 

De vuelta a la realidad, despertado por los sonidos de la ciudad, recupero la conversación interrumpida. Varios metros más adelante un grito conjunto de júbilo me envuelve desde atrás: Canasta.

 
Nada me gustaría más que poder adornar esta entrada con el vídeo que habrán grabado los chavales hoy. Incluyo éste para que os hagáis una idea de la gesta. 


lunes, 13 de julio de 2015

Seis Segundos

Son cerca de las siete de la mañana. La calle hiede, la calle hierve. Los primeros rayos de sol delatan a quienes continúan en pie tras toda la noche de juerga.

Un nutrido grupo de policías locales escolta las máquinas barredoras, que comienzan a lustrar el pegajoso pavimento. Un movimiento de valla, una barrera de uniformados y la calle se vacía al completo. Silencio.

Los sanitarios se ubican y extienden su equipamiento. Una brigada de limpieza, refina manualmente el trabajo de la barredora. Un agente revisa con esmero cada persiana, cada patio, cada recoveco antes de que una representación municipal inspeccione la calle a contracorriente.

Una marea blanca y roja irrumpe en la calle hasta donde los policías permiten. Saltan, cantan gritan. Empieza a haber tensión.

"La mayoría sólo quiere sentir el subidón de adrelina que provoca el mero hecho de estar ahí abajo", me explica un lugareño. Efectivamente, cuando los agentes dejan paso se produce una estampida de gente que, a toda velocidad, pone rumbo al coso taurino.

La televisión nos muestras los cánticos al patrón. El hedor de la calle se transforma en tensión. Corredores habituales se aferran a sus ritos, se saludan brevemente, se desean suerte.

Un cohete suena cuando en los televisores todavía no se ha prendido. A la explosión sucede un grito y una nueva estampida. Me fijo en el corredor de blanco y verde. ¿Qué debe de pasar por su cabeza?

Por la mía pasa grabar un vídeo. Es mi tercer intento. En los dos anteriores fui incapaz de pulsar el botón. Esta vez lo tengo todo preparado. No cometeré los mismos errores.

Busco en el televisor una referencia pero la realidad va con adelanto. 

Más de dos horas de viaje. Poco más de una hora espera y seis intensos segundos para sentir el encierro en toda su magnitud. Esa que mi cámara, y en el fondo me alegro, no ha podido captar.



jueves, 9 de julio de 2015

Héroes

En el nutrido pelotón de las vueltas ciclistas que hacíamos con chapas a lo largo y ancho de la geografía doméstica, la pegatina de Gorospe vestía la chapa más lisa y pulida. Si la tensión de sacudir al ídolo provocaba un retraso impropio, algún gregario era rápidamente sacrificado para empujarle al pelotón cabecero. Y es que, antes que de que lo desbancara la simpatía de Jokin Mújika, mi primer ciclista favorito fue Julián Gorospe. Mi primer héroe

En un caluroso mediodía de julio estábamos los Alastruey al completo en las piscinas municipales de Sabiñánigo. Eran los tiempos en que se corría la Clásica Zaragoza - Sabiñánigo, prueba a la que le tenía especial cariño. El recorrido de Zaragoza a Sabiñánigo se complementaba con vueltas al circuito de Cartirana  y permitía ver a los ciclistas en más de una ocasión, mitigando esa frustración que provoca aguardar durante horas el efímero paso de un pelotón ciclista sin distinguir poco más que el envidiable sonido de sus bicicletas.

La carrera había terminado y, para mi sorpresa, un nutrido grupo de corredores apareció en las piscinas con el fin de darse una ducha. Tras refrescarse, algunos ciclistas se sentaron en una terraza a la sombra aguardando el momento de emprender viaje hacia su próxima prueba. En un corrillo cerca de donde nos encontrábamos distinguí a Rubén Gorospe, hermano pequeño de Julián.

Supongo que yo lo miraba boquiabierto y sin pestañear cuando mi padre se acercó y me llevó de la mano hasta donde estaba el corredor y le explicó al deportista que yo era seguidor de su hermano. Más que la presencia del ídolo me llamó la atención la naturalidad con la que mi padre se dirigió al ciclista y la cercanía en la reacción del pequeño de los Gorospe. Aquel día conocí a Rubén Gorospe, sí, pero el recuerdo más perenne es la lección que me dio mi padre: nuestros héroes también son humanos.


El pasado domingo tuve la gran suerte de poder asistir a la décima edición de la Carrera Boca del Infierno en la Selva de Oza (Valle de Hecho), prueba fruto de la suma de unas cuantas heroicidades encomiables. Andaba yo pensando en ello cuando aparecieron por la línea de meta dos invidentes que, apoyados por dos guías cada uno, habían completado el recorrido  (un sube-baja por senderos estrechos plagados de piedras, raíces y todo tipo de dificultades)

Nuestros héroes son humanos. Y además vivimos rodeados de humanos que son auténticos héroes.



viernes, 3 de julio de 2015

La promesa que no cumplí a Joaquín Sorribas (1/3)



- "Sin foto del espejo no eres nadie hoy en día, Nacho"
- "Hala, tira a dormir, Joaquín"

Esta intrascendente conversación de whatsapp entre Toledo y Huesca fue el germen de lo que váis a leer a continuación. Porque Sorribas no se fue a dormir, no. Prefirió enviarme su "foto del espejo" para a continuación insinuarme que lucir unos pectorales como los suyos era cuestión "sólo" de proponérmelo.

- "Dedícate a los músculos y déjame en paz, Jabalí"
- "El músculo es mi territorio, igual que a ti se te dan mejor la letras"

Los egos empezaron a hervir como el limón cuando echas un poco de bicarbonato y el hombre de las montañas extendió sus brazos y para golpearse el pecho con una frase lapidaria:

- "Tú no te atreves a entrar en mi territorio, pero yo sí al tuyo. Cualquier día me pongo y escribo algo sobre ti, que te tengo guardada una de los tiempos del Seminario. Eso sí, si lo escribo me tienes que prometer que lo publicarás en tu blog y me responderás"

No iba a ser yo menos, así que, cual pavo real en el Parque Miguel Servet, extendí el plumaje al máximo para sellar el reto y de paso picar más a la ya de por sí bravida res pirenaica.

- "Venga. No hay huevos"

Y lo hubo, oye. Allá por febrero de 2014, pocos días después de tenerlo como cicerone por Toledo aprovechando que estaba sancionado (sí, Joaquín, por guarro) recibí en mi correo electrónico un documento que me dejó con la misma sensación que se quedaba Joaquín cada vez que yo le mandaba una foto del Turbón, de su Turbón.

El muy puñetero, que ya me había emocionado un mes antes con un conmovedor vídeo de su paso por el Huesca, ahora me levantaba dos metros sobre el suelo como al jugador del Sporting en el instante 5:50 del citado cortometraje.

Llegados a este punto, yo debía cumplir la promesa, superar mis vergüenzas y publicar su escrito en mi abandonada bitácora pero, dado que las aguas bajaban algo revueltas en lo futbolístico por Huesca, decidí dejarlo estar. Temí tener que purgar tamaña deslealtad con algún plan de choque de entrenamiento abdominalístico pero parece que a Joaquín le bastó con la satisfacción de haberme hecho un caño en lo que él consideraba mi terreno.

El pasado domingo, cuando el colegiado pitó el final del partido contra el Huracán que certificó el regreso de la SD Huesca a Segunda División me acordé de ti, Joaquín, y sentí que, con las aguas más tranquilas, había llegado el momento de cumplir mi promesa y dar voz Desde el Salto de Roldán al texto que escribiste.

Mereces que todo el mundo conozca lo mucho que llevas dentro. En el campo serías un poco "torroquero", amigo, pero fuera de él eres un auténtico artista y, lo más importante, siempre un tipo noble, una buena persona.

Gracias Joaquín :-)

Ps.: Creo recordar que la preciosa foto de la cabecera la saqué del Heraldo de Huesca así que o bien Rafa Gobantes o bien Javier Blasco fueron los artistas. Si alguien ve alguna foto suya, que me lo diga y rendiré el debido crédito.

La promesa que no cumplí a Joaquín Sorribas (2/3) (texto de Joaquín Sorribas)



Es realmente especial crecer en el corazón del Pirineo. Adquirir esos aprendizajes más básicos en Abella, los que marcarán toda tu vida. Mi pueblo es un recóndito paraíso de 10 habitantes, a 1400 metros de altura, sin conocimiento alguno de la destructiva huella humana, allí impera la tradición.

La infancia se desarrolla de un modo natural , que no normal. No hay pandillas,  ni quedadas en la plaza,  ni fútbol en la cancha, ni secretos a tus amigos. Allí se cazan zorros con un “Jack Terrier”, se trepa a las copas de los arboles buscando sorpresas en los nidos, se monta a caballo, antes casi de poder ensillarlos, se pescan truchas a mano y los partidos de fútbol son en una era: “tú contra mí”. Las mascotas que conozco no son caniches,  peces de colores, ni hamsters. Son búhos reales, rayones, perdices o ardillas. 

Cuando creces con los animales, las únicas normas sociales que aprendes son las leyes que marca la naturaleza, filtradas e interpretadas  por mi hermano mayor y ángel de la guarda, Héctor. Jugábamos y aprendíamos al libre albedrío, salvajes e indomables. Desde los 3 añitos escoltados por un mastín del Pirineo que jamás nos abandonaba.

A los 14 años, llega el primer cambio brusco en mi vida de contrastes,  había que seguir estudiando. Hora de ir al SEMINARIO (Antigua sede del Alto Aragón) a dos horas de Abella. Internado religioso, con horarios estrictos, disciplina férrea, normas sin mucho sentido y poco lugar para la espontaneidad.

Yo fui un  “novato” atípico, sin privilegios pero tutorizado por Héctor, el auténtico  “Che Guevara” de los internos, líder de la rebeldía  contra la disciplina opresora de los curas.
Recuerdo una lucha subliminal e implícita contra los curas, intentando pasar desapercibidos pero buscando constantemente que sangrara la herida. El ingenio de las travesuras contrastaba con la ingenuidad de la edad y nuestra mínima maldad, así que el final era siempre el mismo. Expulsados del internado unos días y castigados sin salir del seminario una semana. El carácter aditivo de los castigos convertía las semanas en meses. Esos ostracismos alimentaban la causa de los internos e iba sumando adeptos a la rebeldía. Ese era el internado del Seminario.

Uno de mis innumerables castigos supuso sacrificar los recreos  para completar  una redacción sobre los 10 mandamientos. Con 14 años mi primer mandamiento  en el seminario y quizás el único era  “descubrir un cuerpo de mujer”. Las casualidades me llevaron a la clase de C.O.U y mi suerte al pupitre de “la musa del Seminario”, la bella L. Los internos la admirábamos desde la sombra, 4 años eran demasiados para capturar su atención.

Creo que es tan peligroso “el que a nada teme” como “el temido por todos”, yo era de los primeros y mi osadía me llevo a profanar sus libros de texto, grafiteé sus portadas con mi admiración, rellené todas sus tapas!!!. Obvio, mis palabras no serían las de un gentelman, ni era el lugar adecuado, así que pronto entraría en cólera y buscaría al responsable. Su gran amigo, consejero y protector era Nacho, se unió a la causa y tan pronto supieron que yo era el causante me dio el primer “tirón de orejas”.

Recuerdo perfectamente ver un tío alto y enfadado, con un tono elevado, postura agresiva, pero los improperios eran elegantes, la mayoría nunca los había escuchado, pero el mensaje era claro,-había sido un “niñato irrespetuoso y debía pagar”- de ahí  la bofetada. Me dejo perplejo e impasible. Raro en un adolescente de “gatillo” rápido y acostumbrado a la pelea, sobre todo con mi hermano, con fatal pronostico para mí. Pero esa vez no, aguante el chaparrón, me puse colorado y me fui con el rabo entre las piernas.

Creí detestar a ese chico de C.O.U, para los internos, los externos eran unos “pijos” y si hablaban como, el tal Nacho, apaga y vámonos!. Por supuesto mi admiración por L. no decreció!!

A parte de las chicas de C.O.U lo mejor del seminario era la liga interna que enfrentaba a todas las clases del Alto Aragón. Yo estaba recién fichado por la SD Huesca juvenil y nuestra clase de 1º del Seminario  reunió una buena camada, la “los cachorros del 78”, mucho futbolero de pueblo lleno de “rasmia”

Supe que adquiriría mi venganza, marqué en el calendario el partido contra C.O.U del seminario!!. Eran un grupo de larguiruchos. Ahí estaba mi futuro amigo Nacho. Su juego se asemejaba al de un ave zancuda con algún detalle tipo  “Ibraimovic”, parecía poco ortodoxo pero tenía sentido del juego.

Cualquier  aficionado al fútbol, conoce sus códigos morales. Recibir un "caño” significa que apuñalen tu honor durante un segundo, así que mis dos caños fueron, para mi alma, suficientes para saldar la deuda de aquella bofetada. Lástima que no estuviera L. para verlo!!.

Me marché del Seminario y tardé unos 10 años en volver a Huesca, atraído por el magnetismo de los colores de mi tierra. Llegaba curtido, menos “asalvajado”,  más “domado” por la presión social de las 8 ciudades que recorrí, intoxicado por el “postureo futbolístico” y con muchas ideas rebotando en mi cabeza tras varias carreras universitarias, vamos, un lío. Solo el olor al arribar  a Abella, ser recibido por los perros y mirar a los ojos a mi familia me devolvía mi esencia, que se empañaría de nuevo al partir. 

¡Mezcla extraña!, ¡Conflicto eterno!; 

“Mi alma salvaje me acercaba a la incomprensión social en las grandes ciudades y mi adaptación social me alejaba de mi esencia”.

Tardé en acercar posturas. Recurriendo a los valores, aunque mis apariencias me seguían traicionando de vez en cuando.
¡¡¡Fue una temporada que estaba ávido de conocer personas diferentes, profundas, de corazón!!!.

Me reencontré con Nacho, desde el principio me impresionó. No era común la forma de apasionarse con su escuadra, de sentir las derrotas cual jugador que yerra y hace perder a su equipo, de acompañar a los azulgranas en sus desplazamientos casi más veces que el propio delegado. De los aficionados de verdad, de los de siempre, desde la época de Pedro Braojos, pasando todas las etapas con el mismo fervor,  aunque con la valentía de mostrar su inconformismo.

 Retomamos el contacto poco a poco. Pronto sería un apoyo especial, de los que siempre están. Cuando la moda te aparta un poco del candelero, cuando las circunstancias te tumban en la lona, los “de verdad” siguen creyendo en ti, siguen aportándote una energía revitalizante con sus buenos deseos y siguen defendiéndote. Pero también era especial porque, como en el Seminario, no tenía reparos en tirarme de nuevo de las orejas.-“te he visto timorato”, “no me ha gustado ese balón que has perdido”, “para mí eres el cuarto mediocentro”, “casi matas a uno”-. Gracias a Dios, las palabras sólo suponen el 5% de la comunicación, son otros factores como la prosodia, el tono o el lenguaje no verbal los que delataban su cariño, sus críticas abrían mis canales emocionales  y dejaban llegar esas palabras casi hasta el alma.

Ya no era "un pijo”, era “un gran tío”.

Empezaba a aflorar la crisis del 2008, nacía la sociedad llamada “de la incertidumbre”, donde las estabilidades se vuelven efímeras o ilusorias, tocaba  prepararse para tolerar y pelear cualquier circunstancia incierta que en un segundo cambiaba todos los planes. No era fácil encontrar personas que miraran más allá de su ombligo o se que comprometieran sin una retribución directa.

Nuestras conversaciones aumentaban y mejoraban. Se atisbaba en Nacho un fondo de armario lleno de buenos valores, sin pelos en la lengua para manifestarlos, con formación en la palabra para adecuarlos y un gran sentido de la justicia para enfrentarlos.
No era común un tipo tan idealista y con tanto sentido de la justicia en un momento tan práctico, donde sólo quedaban fuerzas para remar hasta la orilla. Muchos espíritus como el suyo unidos podrían cambiar el mundo, desafiar la injusticia y crear gestas de esas que paralizan desahucios, obligan a dimitir al presidente del Racing o que paran un cementerio nuclear. 

Mete el hocico en muchos los líos públicos, con elegancia, eso sí.
Y digo líos porque quizás, la verdad social sea una de las grandes desconocidas. Para mí, no existe la verdad absoluta en el ámbito social y menos en una situación concreta, de ahí los grandes malentendidos, “mi verdad contra tu verdad aquí y ahora”. 

El ser humano no copia la realidad en su cabeza, sólo interpreta los estímulos, para sí relevantes, y el resto lo reconstruye. Qué diferente ven una misma “cosa” dos personas distintas. Podrían discutir durante una vida defendiendo como han vivido la misma situación.

Sólo el tiempo es capaz de validar o refutar. Pero hay  atajos, heurísticos cognitivos para no esperar tanto; La trayectoria vital de una persona avala su palabra, su defensa a ultranza y con agresividad muestras falta de argumentos, si eres capaz de respetar, de aceptar de moderar tu tono significa señala una verdad firme.

Por todo esto, creo, que una persona que se atreve a manifestar públicamente “su verdad”,  lo hace con respeto, elegancia, prudencia y sin complejos ante el poder es digno de admiración y de ser considerado, si además sus ideas son compartidas por un gran número de personas, estamos ante un líder. Esa es la madera de Nacho. Una persona comprometida con una valiosa “verdad”.

Siento, que hoy en día, el pueblo llano tiene mucho que decir y para ello se necesitan valientes que no lleven espada, pero que su pluma sea respetuosa y precisa. Admiro a Nacho porque yo soy de lucha directa, de guerra y de combate, pero no soy capaz de minar indirectamente, desde los cauces democráticos y respetuosos. Seguro de que no se conseguía nada, pero ya empiezo a creer gracias a tipos como él y situaciones cotidianas que tiñen los medios de comunicación.

Ojalá ahora que el mundo es global y las redes sociales acercan la palabra cualquier individuo a todos los rincones, tipos como Nacho nos enseñen el poder popular, la fuerza de la unión y la capacidad de crecimiento de la crítica. Se le puede tirar de las orejas a cualquiera, no sólo a mí.

Un gran hombre como Nacho siempre tiene a su lado una gran mujer, I.
Agradecidísimo por su visita a Toledo, me ha sorprendido muchísimo lo bien rodeado que estás amigo. El interior de las personas es capaz de modificar el exterior, una especie de Ley de la atracción, los bien rodeados tienen un gran corazón.

Te deseo todo lo mejor. Un placer haber cruzado tantas veces nuestras vidas.

Joaquín Sorribas Ariño

La promesa que no cumplí a Joaquín Sorribas (3/3)

Emigrar al Seminario para hacer C.O.U. tras casi tres lustros en el regazo de San Viator fue sin duda un soplo de aire fresco: Suelo de madera, techos altos, unas vistas privilegiadas de la Sierra de Guara... También Agustina, las bravas del Colegio Universitario, los caramelos del despacho de Cabrero, las interminables tertulias en el Quijote. Y los internos, colectivo que ya un año antes había irrumpido en mi vida en la forma de un gran amigo -si no el mejor- y que abarcaba desde futuros pastores de la Iglesia a lo más "asilvestradamente indisciplinado" (definición textual del Director de la institución): los hermanos Sorribas.

Amén de compartir a Don N. como objetivo preferente de nuestras fechorías adolescentes, mi relación con la pareja de hermanos iba poco más allá de los pasillos o de los múltiples eventos deportivos que se organizaban, supongo, para tratar de bajar nuestros ímpetus hormonales. A Joaquín lo recuerdo con el pelo estilo "casco". A Héctor con prominentes patillas y unas botas cuyas huellas aparecieron misteriosamente sobre el capó del profesor de religión. Y a ambos fingiendo interés en el intrascendente partido de voleibol que disputábamos los de dibujo contra los de biología, pocos minutos antes de que Don N. fuera alevosamente atacado por dos individuos - uno en cada extremo de un pasillo estratégicamente oscurecido- pateando un esférico de voleibol.

En apenas un par de años pasé de ver a Joaquín desde la planta primera del Seminario a hacerlo desde la tribuna del Alcoraz. El 6 de octubre de 1996 Joaquín Sorribas debutaba frente a la Cultural Leonesa, con victoria por cierto, en una SD Huesca que por aquel entonces presidía un jovencísimo Javier Tebas. "Antes de saltar al campo se soltó cualquier complejo y rayó a gran altura", plasmó Miguel Ángel Blasco en la crónica del Diario del Altoaragón. En la grada, yo no sé si alucinaba o me retorcía por dentro de envidia. No me acuerdo.


Del Huesca al filial del Valencia y de ahí, previa escala en Binéfar, al del Zaragoza. Y en la capital del Ebro, un reencuentro amargo con el entonces capitán del filial zaragocista cuando en plena fiesta universitaria no tuve mejor ocurrencia que soltar un sermón moralizador, doctrina don N., al deportista. Fue en el recinto de Interpeñas junto a Veterinaria y la perorata fue tan inoportuna como sincera.

Deambulando por Internet, seguí el debut en Segunda de Joaquín con la camiseta del Almería. Pregunté por él en un foro y como certera respuesta, sin texto por cierto, me mandaron un fondo de pantalla que habían diseñado caracterizando al de Abella como un jabalí. Luego Ceuta, Irún y Burgos, con Roberto y su gran amigo Jesús Cabrero. Y el regreso a casa, arrastrado por Rodri hacia una corriente de ilusión que llevó al Huesca a Segunda División con el peaje, eso sí, de una lesión que le privó de competir por el sitio que merecía en el césped la primera temporada en la división de plata.

Indudablemente, están mucho más limpias las rodillas de Villa que las de Sorribas


Con gran emoción pude asistir al re-debut de Sorribas en casa contra el Córdoba (una pena que Antonio Calderón no lo sacara en el segundo tiempo de la Romareda pues estoy convencido de que no se nos hubiera escapado esa victoria) en una temporada sin duda dura para el Capitán. 

Por aquel entonces me encontraba más de una vez con Joaquín en la biblioteca de Villahermosa. Sus entradas y salidas eran fácilmente reconocibles por la algarabía de murmullos que provocaba en parte de la concurrencia femenina. "Hay que ver cómo son los futbolistas. Esas pintas... ¡Y lleva las cejas depiladas!", me comentó sorprendida una zagala que compartió con él mesa de estudio.

Sorribas lleva años recuperando las horas perdidas en su etapa del Seminario

Las redes sociales nos permitieron retomar el contacto. Enseguida, en las primeras conversaciones - breves, entrecortadas y muy educadas- comprobé que el Joaquín seguía siendo igual de indomable frente a las dificultades que frente a Don N. en el Seminario. ¿Reblar éste? Ni hablar

Regresó Onésimo a Huesca. Con él la confianza y la presencia regular en el verde. A los chats nocturnos llegaban hasta las críticas de terceros ("Que dice mi padre que no seas tan bruto, que siempre te sacan tarjeta") en una temporada magníficamente descrita en lo deportivo por la asistencia a Gilvan en Balaídos.

Curiosamente, creo que cuando Quique Hernández lo relegó al ostracismo fue cuando más ejerció de Capitán. Fue cuando más largas fueron nuestras conversaciones y cuando menos hablamos de fútbol y del Huesca. A pesar de la creciente confianza, jamás tuvo una mala palabra para nadie. Sus silencios, me lo decían todo. Y quizás fue respetarlos lo que al final de temporada me trajo como regalo su camiseta con el 15 a la espalda y un olor a colonia de la buena que estoy convencido en el Seminario le hubiera acarreado más de una represalia por moñas.

Tras el efímero paso de Fabri, que volvió a poner en los ojos de Sorri el brillo de las grandes trastadas en el internado, la ruleta rusa de entrenadores disparó a Jorge D'Alessandro al banquillo local del Alcoraz. Las charlas nocturnas que otrora empezaban con exquisito protocolo tenían un "Niño, deja de ligar y hazme caso" como punto de partida, podían terminar filosofando sobre lo humano y lo divino o con un "Cómo te fijas, zorro" si yo le afeaba lo mucho que había peloteado al árbitro para irse sin tarjeta después de impartir un curso práctico a los de la Masía sobre cómo se las gastaban los del Seminario.
De verdad, de verdad, de verdad... Que no lo he tocado
En Huelva, el abrazo más amargo y el desconsuelo vía whatsapp. Él en el bus y yo en la cama sin poder pegar ojo hasta que la batería de su teléfono dijo "Ya vale" como horas antes había dicho la Segunda División a la SD Huesca y días más tarde la SD Huesca al propio Joaquín. Recuerdo que encajé el disgusto en una chopera junto al pantano de Arguis. Recuerdo que el cuerpo me pedía no renovar mi abono y recuerdo la voz seria del Jabalí diciéndome "Eso ni se te ocurra. Del Huesca siempre. Sin reblar"

martes, 16 de junio de 2015

Detallazos y casualidades


Siempre he sentido sana envidia por quienes disfrutan de sus mascotas. No me preguntéis la razón, pero soy una de esas personas a las que la mera presencia de un animal le provoca nerviosismo y bastante incomodidad.

Ese canguelo animal se transforma en pánico cuando hablamos de perros, con las consiguientes limitaciones que ello acarrea, sobre todo si te gusta la bicicleta.

Así las cosas, en los últimos años he ido acumulando diferentes anécdotas con los diversos chuqueles que me he ido topando mientras le sacudía al pedal. Del repertorio de mis reacciones podría quedarme con las envidiables puntas de velocidad alcanzadas en algún sprint pero, ya que me he sincerado,  admitiré más de una "paradiña", algún giro de 180 grados con regreso a casa y más de un hilarante alarido contra el cánido en cuestión.

El domingo viví el penúltimo sofoco chuquelístico. Pedalabea yo en compañía de C. por la antigua carretera que va de Nueno a Arguis, cuando avisté tres ágiles monstruitos que cruzaban la calzada. Mientras C. continuaba sin apenas inmutarse, yo ya andaba con un pie a tierra evaluando si los perros en cuestión llevaban collar, iban acompañados (y si tenían la cartilla de vacunación en rigor, que el cerebro en esos casos funciona a toda pastilla). 

Y en ese momento, aparecieron ellos: un chico y una chica que al vernos en la distancia se apresuraron a coger a los perros para no generarnos ningún tipo de duda. Agradecí el detalle a los jóvenes, pensando en lo bonito de ese gesto de respeto por parte de alguien a quien seguramente le será complicado comprender el miedo ajeno pues evidentemente no lo siente en primera persona. 

Horas más tarde, mientras holgazaneaba yo la intención de dejar constancia escrita de ese detalle, recibí en forma de nuevo seguidor en Twitter la señal que me ha motivado a sentarme a escribir. 

Ahora sé que esos tres "monstruitos" eran tres perros labradores retriever, que creo que se llaman Jack, Bimba y Lady, que están en buenísimas manos y que son tan majos como sus dueños. ¡Gracias!


viernes, 24 de abril de 2015

Silencio


De vez en cuando, si alguien trata de localizarme compulsivamente en el teléfono móvil o cuando escucho frases del tipo "así no puedo trabajar" ante una interrupción del servicio de correo electrónico, me pregunto cómo se trabajaba no hace tantos años. Sin ánimo de quitar mérito alguno a las facilidades que las tecnologías nos proporcionan, más de una vez pienso que tanto volumen de información y tanto deseo de inmediatez no hace en ocasiones más que maximizar nuestra ineficiencia si no somos capaces de cribar - y no es fácil- lo importante de lo urgente.

Una reflexión análoga me vino el otro día a la mente mientras aguardaba turno en la consulta del médico. El humano murmullo de fondo, número uno absoluto como banda sonora de cualquier consultorio tiempo atrás, ha sido sustituido por un peculiar concierto de silencio interpretado por individuos aislados y atrapados por las redes sociales en nuestros terminales móviles. 

Ya no nos interesamos por la dolencia del de lado, ni pedimos referencias sobre el facultativo de turno. Ni siquiera nos quejamos en voz alta de lo lenta que va la consulta el día de marras (con lo mucho que tenemos que hacer...). Y así las cosas y sin apenas habernos dado cuenta, la enfermera de la foto y ese dedo índice suyo que tantas veces nos pidió silencio educadamente, han dimitido de nuestras salas de espera.     

jueves, 24 de abril de 2014

lunes, 24 de marzo de 2014

Dos pasiones, un vídeo

Cada vez que salgo en bici por mi adorada Huesca me gusta recordarme a mí mismo lo afortunado que soy por vivir aquí. Me encanta la bici. Me encanta Huesca.


Gracias, BH.
Gracias, bicicleta.
Gracias, Huesca. :-)

lunes, 8 de julio de 2013

Los vídeos del Orica-GreenEDGE

Cuando las obligaciones lo permiten, me encanta ver las retransmisiones del Tour de Francia. Sé que más de uno las considera soporíferas y las utiliza como catalizador de las siestas veraniegas pero para mí es un lujo poder disfrutar de las imágenes con que nos obsequian el recorrido y sobre todo los deportistas.

Para quien no haya podido probarlo, recomiendo con gran entusiasmo las retransmisiones en Alta Definición que ofrece el canal HD (High Definition, Alta Definición) de Televisión Española. Un auténtico lujo.

 La próxima vez que sintonice, conectaré más si cabe con los chicos del equipo australiano Orica-GreenEDGE. Si el año pasado ya me dejaron perplejo con su versión del "Call me Maybe", este año nos obsequian con un tributo a AC/DC que hace imposible no mirar hacia la pantalla con un cariño especial hacia estos muchachos. Olé.


miércoles, 4 de enero de 2012

sábado, 31 de diciembre de 2011

Basilia

- ¿Cuántos años cumples, abuela? - 89
- ¿Pero esos no eran el año pasado?
- ¿Te parecen pocos? ¡Alabado sea el Señor!


Hacía seis años que cada 28 de febrero Basilia nos daba la misma respuesta, dando pie a diversas teorías en la familia: desde quienes pensaban que no sabía contar más allá de 89, a quienes pensábamos - a juzgar por la sonrisa con la que contestaba- que nos estaba tomando el pelo. Y es que si Basilia era lo que hoy llamaríamos una "sentencias". Una de esas personas que siempre tenía respuesta para todo simultaneando firmeza y un admirable sentido del humor, más meritorio si cabe si tenemos en cuenta las dificultades que a lo largo de su vida tuvo que afrontar.
Discreta pero siempre pendiente de todo y comiendo como un pajarico, rezaba en voz alta al acostarse por todos sus seres queridos. Eso sí, si luego le pedías que echara un rezo por alguna causa tuya disimulaba y sacando genio te contestaba: "Coñe, pues rézate tú"
Desde el imborrable recuerdo de sus croquetas de pescado el día que me operaron de vegetaciones hasta las últimas críticas con respecto a la manera de hacer los flanes ("Al baño maría sí, pero en el horno para que quede bien tostado por arriba"), todos los recuerdos de Basilia son buenos. 
El 18 de octubre, casi sin darnos cuenta la abuela Basilia se fue dejándonos un vacío enorme, infinitas anécdotas y un reto por delante: ser capaces de vivir y dejar un poso tan entrañable como el suyo.




domingo, 18 de diciembre de 2011

Una instantánea, infinitas historias


Desconozco el autor pero la fotografía que acompaña esta entrada lleva tiempo incrustada en mi escritorio en espera de ser convenientemente archivada.


En el centro de la imagen (julio de 2011), un ciclista en pleno esfuerzo (Alberto Contador) pierde los nervios ante la provocación de un espectador que, si mal no recuerdo, buscó sus segundos de gloria portando una macrojeringuilla de pega enfilada hacia Contador. A la derecha, un aficionado se aferra a la vera del ciclista ajeno a la incómoda situación que está viviendo el ciclista. A la izquierda aparece un puño tan tenso o más que el de Contador, no sé si mimetizándose con el golpe lanzado por el ciclista o en enrabiatado gesto de apoyo a la actividad deportiva del corredor. Detrás, el cámara de la televisión francesa capta la imagen de la escena provocando en nuestras casas innumerables exclamaciones, abruptas interrupciones de siesta y más de un salto del sofá.


Si hace seis años a partir de dos instantáneas inventábamos una historia, esta única fotografía nos permite imaginar infinitas.


Ps.: Si alguien conoce al autor de la fotografía, decídmelo ya que gustosamente citaré la fuente