Con respecto a la polémica por el
discurso del Papa en el Aula Magna de la Universidad de Ratisbona, me voy a permitir unas reflexiones.
Para ello, acudamos al propio discurso y comentémoslo:
En el séptimo coloquio (controversia) editado por el profesor Khoury, el emperador toca el tema de la "yihad" (guerra santa). Seguramente el emperador sabía que en la sura 2, 256 está escrito: "Ninguna constricción en las cosas de la fe". Es una de las suras del periodo inicial en el que Mahoma mismo aún no tenía poder y estaba amenazado. Pero, naturalmente, el emperador conocía también las disposiciones, desarrolladas sucesivamente y fijadas en el Corán, acerca de la guerra santa.
Nada que comentar
Sin detenerse en los particulares, como la diferencia de trato entre los que poseen el "Libro" y los "incrédulos", de manera sorprendentemente brusca se dirige a su interlocutor simplemente con la pregunta central sobre la relación entre religión y violencia, en general, diciendo: "Muéstrame también aquello que Mahoma ha traído de nuevo, y encontrarás solamente cosas malvadas e inhumanas, como su directiva de difundir por medio de la espada la fe que él predicaba".
La cita de la discordia. En cualquier caso, no creo que por hacerla Benedicto XVI la esté necesariamente haciendo suya, como más de uno ha querido interpretar. Habría que ir a la fuente (el emperador bizantino Manuel II Paléologo) para saber si esa afirmación de que lo único nuevo que ha traído Mahoma son cosas malvadas e inhumanas es rotunda o sólo la expresa en el ámbito de la relación entre religión y violencia.
El emperador explica así minuciosamente las razones por las cuales la difusión de la fe mediante la violencia es algo irracional. La violencia está en contraste con la naturaleza de Dios y la naturaleza del alma. "Dios no goza con la sangre; no actuar según la razón es contrario a la naturaleza de Dios. La fe es fruto del alma, no del cuerpo.
Suscribo totalmente que la difusión de la fe mediante la violencia es algo irracional (ya venga esa violencia del Islam, de la Iglesia Católica o de cualquier otra religión)
Por lo tanto, quien quiere llevar a otra persona a la fe necesita la capacidad de hablar bien y de razonar correctamente, y no recurrir a la violencia ni a las amenazas... Para convencer a un alma razonable no hay que recurrir a los músculos ni a instrumentos para golpear ni de ningún otro medio con el que se pueda amenazar a una persona de muerte...".
Lo dicho en este párrafo me parece también absolutamente razonable.
En definitiva, en mi opinión es excesiva y desproporcionada la reacción de algunos sectores del mundo musulmán. Si bien es cierto es que Benedicto XVI debería haber sido más cuidadoso a la hora de referirse a un colectivo tan sensible, también lo es que ha mostrado una inequívoca voluntad de calmar los ánimos y ha
matizado sus palabras.
Dejo una pregunta en el aire: ¿Por qué algunos de los que consideraron desproporcionada la reacción en contra de las caricaturas de Mahoma cargan ahora contra Benedicto XVI?