domingo, 4 de febrero de 2007

Semáforo - Samba

Sin duda, el semáforo de peatones de la rotonda de la Biblioteca (Plaza Luis Buñuel de Huesca) tiene algo especial. No sólo desespera, cabrea e incita a la desobediencia peatonal sino que además hoy me ha descubierto una faceta desconocida: la samba semafórica.

Reconozco que ante la manifiesta pasividad de las autoridades municipales por mitigar el escarnio a los viandantes frente a los vehículos a motor, habitualmente paso en moto del semáforo de marras y cruzo cuando me da la gana (como, todo hay que decirlo, hacen los coches en ese punto). Sin embargo, hay veces que me fastidia pasar en rojo porque otras personas (niños, ancianos,...) pueden seguirme y ponerse en peligro por culpa de mi absoluto desprecio a esa pseudo-farola con luces verdes, rojas y pulsador-para-no-sé-muy-bien-qué. Por eso hoy he decidido esperar junto con otros peatones a que el semáforo se pusiera verde. Pasado un buen rato, el parpadeante ámbar del semáforo para vehículos se ha tornado primero fijo y luego colorado.

Lo que ha sucedido después ha sido simple y llanamente de traca. Cuando los allí presentes aguardábamos a que el señor de dentro del semáforo se pusiera verde, así... , de repente... ¡chas!, se ha puesto ámbar intermitente otra vez el semáforo para coches.

Los allí presentes hemos comentado la jugada, hemos cruzado y, ya que no lo hace por sí mismo, hemos puesto verde al semáforo y de paso a los responsables de que funcione así.

¿Tendrá que pasar una gorda para que lo dejen en condiciones?

¡¡Prioridad al peatón ya!!

4 comentarios:

karlos dijo...

Doy fe que en ese semaforo ocurre el "zuzezo" me quede con los ojos como huevos de paloma

Nacho Alastruey Benedé dijo...

Karlos:

Menos mal que el otro día había gente, que si no me hubiera pensado que habían sido imaginaciones mías.

¡Saludos!

Anónimo dijo...

A ver. La cosa es acojonante pero al mismo tiempo simple (quizá lo más simple es más acojonante aún...).
El asunto es el siguiente: según tengo constatado (lo pregunté)resulta ser que ese semáforo se pone en verde para peatones si alguien preta el botón correspondiente. Si nadie preta, el sistema entiende que no hay nadie esperando, el programa acaba la fase ambar-intermitente de los coches pero la reanuda automáticamente tras unos instante en rojo, mientras el rojo de los peatones permanece quieto parado. Se supone que en "horas punta" esto no es así porque está previsto que el botón de marras no accione el sistema, sino que mande el reloj pase lo que pase (por eso, a veces pretamos y nada o para nada). Sin embargo, en otras horas, cuando el botón sí funciona (compruébese porque se enciende la pantalleta que hay sobe él), hay que pretarlo siempre porque si no, te pasará otro expediente X como el que cuentas en el post. ¿Me s'entiende?

Nacho Alastruey Benedé dijo...

Yo creo que no se puede explicar mejor.

La gracia del sistema está en que, como a veces pulsas el botón y no sirve para nada, lo humano es dejar de hacerlo las siguientes veces y, claro, luego pasa lo que pasa.

Muchas gracias. :)