jueves, 21 de agosto de 2008

Confusión, tragedia, decepción y esperanza


Confusión

Está a punto de terminar el Telediario: estos días casi ni lo vemos porque coincide con algunas retransmisiones deportivas de los Juegos Olímpicos de Pekín. La presentadora informa de una salida de pista en el aeropuerto de Barajas. En principio, la noticia no parece demasiado preocupante. Quizás, un incidente más.

Tragedia

La humareda de las primeras imágenes encrudece la tarde. Se comienza a hablar de víctimas y el humo blanco tiñe la tarde de negro. El deporte, incluida la gesta de Usain Bolt en la carrera de 200 metros lisos, pasa a segundo plano. La tragedia se confirma.

Decepción

Aun sin cifras oficiales, no es difícil imaginar la magnitud del desastre. Cambio de una cadena a otra, escucho la radio, deambulo por las páginas de los principales diarios. Es la era de la información, aunque a esas horas hay poca. Pienso en las familias que tienen a seres queridos en ese avión y, según veo determinadas actitudes en los medios de comunicación, me invade un gran sentimiento de decepción: lucubraciones de "expertos en todo" sobre las causas, imágenes de los heridos, planos del sufrimiento de los primeros allegados, ... ¿Es eso información?
Pienso que alguien debería reflexionar, aunque sólo fuera por respeto a las víctimas y a sus familiares. Por lo menos a mí no me gustaría que me sacasen malherido en una camilla o destrozado por el dolor de una situación tan extrema. A mí no.
Que la información hoy en día es más accesible a todos es un hecho, pero no podemos confundir esa disponibilidad en el acceso con la ansiedad de proporcionar cualquier cosa sea o no sea información.

Esperanza

Aun en la magnitud de la tragedia, se abre una puerta a la esperanza: es un milagro que haya supervivientes y esos supervivientes - en algún caso niños- representan el futuro. Aún con el corazón encogido, me quiero quedar con esas vidas que han regateado a la muerte.

Ps.: Mi más sincero pésame para todos aquellos a los que el accidente del vuelo JK 5022 en la Terminal T4 de Barajas.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Coincido contigo en que el sesgo de determinados despliegues “informativo” es desproporcionado, yo diría que obsceno. Convierten la tragedia en espectáculo. Excelente post. Saludos.

Nacho Alastruey Benedé dijo...

Migramundo:

Muchísimas gracias :)

Me alegro que coincidamos, más si cabe después de ver que eres periodista.

Saludos

HombreRevenido dijo...

Completamente de acuerdo contigo y con Migramundo.

Añadir una cosa más al capítulo "Esperanza": el despliegue sanitario y de bomberos, el aluvión de voluntarios, la gente que dobla o triplica el turno, que abandona las vacaciones cuando presiente que hace falta. Emocionante una vez más.

Nacho Alastruey Benedé dijo...

Hombre Revenido:

Toda la razón. Un 10 para la gente que hizo todo lo que estaba en su mano y han contribuido a salvar esas vidas.

Un abrazo

Bárbara dijo...

También coincido con todos vosotros.

Yo añadiría el capítulo "Desagrado" por el tratamiento de la información. Es increíble hasta donde llega 'la búsqueda de la noticia' y la morbosidad tan desagradable que exhibieron muchos de los canales principales.

Nacho Alastruey Benedé dijo...

Lumotar/Kanzaki:

A mí me da mucha pena la hipocresía de los que dicen "apoyar" a las víctimas al tiempo que consienten actitudes cuando menos dudosamente comprensibles.

Saludos