sábado, 18 de febrero de 2006

Atención: Pregunta (7)


¿Por qué nos indignamos (en algún caso hasta el aporreamiento) si cualquier máquina expendedora se nos traga el dinero y agachamos la cerviz cuando una cabina de teléfonos no nos devuelve el cambio?

5 comentarios:

Anónimo dijo...

El poder de la costumbre, cuando te roban de contino ya no le das importancia, aún así yo jamás meto más dinero del necesario en una cabina y siempre pido que me cambien en las tiendas de al lado, me mirán raro, pero es que si no se me pone un nudo en el estomago que ....

Anónimo dijo...

Yo creo que mi indignación es la misma en ambos casos. Pero sí que es cierto que aparentemente es mayor con las máquinas expendedoras porque las aporreamos. Y es que no es lo mismo darle una paliza a una caja bobalicona de plástico con lucecitas, refrescos y chocolatinas que emprenderla con una caja de caudales fría, compacta y con aspecto de ser más resistente que las cajas negras de los aviones (que por cierto son naranjas)
sn3

Anónimo dijo...

Yo alguna vez he llamado a atención al cliente para que explicarles que se me había tragado un euro. Me han cogido los datos y me han dicho que me mandarían un tarjeta telefónca por el importe que se me ha comido la cabina, pero nunca me ha llegado (aunque conozco gente a la que le ha llegado). Desde aquí os animo a reclamar (QUE NO NOS ROBEN COÑO!)

Peibols dijo...

A mi en Londres me flipaba mucho que las negras del barrio le daban al botón del semaforo (o ascensor, depende de la situación) varias veces.
Creo que a más veces le daban, antes se ponía verde. Aunque esa sería su teoría de negras chungas con uñas postizas.

Nacho Alastruey Benedé dijo...

Ordelina:

Aplaudo tu método, aunque por desgracia no siempre es posible encontrar una tienda abierta y que te den cambio (dejando a un lado lo de las miradas)

Jo.

Saludos!
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Sn3:

No sabía que las cajas negras fueran naranjas.

Igual tienes razón. Quizás influya el hecho de tener hambre o sed para nuestra actitud violenta hacia las expendedoras de comida o bebidas.

Buenas noches!
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Rubén:

A mí en una ocasión me pidieron un montón de datos y, tras tenerme media hora colgado, me indicaron amablemente que si no disponía del número de cuenta no podían efectuarme el correspondiente abono.

Conclusión:
1.-La cabina se me tragó el dinero
2.-Los de Telefónica se quedaron con mis datos...
3.-...y yo sin mi dinero

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Peibols:

Curiosa relación entre la ira contra las cabinas y/o máquinas expendedoras y los pulsadores de semáforos tan desquiciantes como el de la rotonda de la biblioteca.

Saludos.