lunes, 5 de febrero de 2007

Peor que los críos...

El otro día observaba cómo unos pequeños de poco más de un año sacaban lo mejor de sí mismos para trepar a una mesa de madera. Alcanzada la cima, se regodeaban en la llanura mientras disfrutaban de unas perspectivas para ellos desconocidas hasta ese momento. Aporreando con sus palmas exploraban el terreno llenos de gozo sin percibir la posibilidad de caída. Tampoco parecía preocuparles la manera de acometer, de manera digna, el descenso hasta el suelo. Simplemente disfrutaban como los enanetes que son.

Cuando su padre los devolvió a la planta baja de la habitación para evitar un aterrizaje de bruces, los pequeños llenaron sus pulmones a conciencia y los vaciaron en una tormenta de lágrimas. Mientras observaba la escena, el padre me señaló:

"¿Te das cuenta de que el mayor problema de su vida es que lo hemos bajado de la mesa?"

Aunque en ese momento no me di cuenta, la cosa tiene su miga. ¿Cuántas veces, sin darnos cuenta, los adultos nos comportamos igual que los niños? En ocasiones basta un agobio, un problema en el trabajo, una discusión con alguien querido o cualquier otra razón (no es complicado encontrarla) para hacernos sacar nuestra cara más larga mientras, y he aquí lo peor, cerramos los ojos a tantas y tantas cosas buenas que nos pasan o que simplemente tenemos y no valoramos adecuadamente. En eso, hay que decirlo, la comparación con los niños se queda corta: ellos endulzan su amargura con la misma velocidad que cargan sus pulmones de sollozos demostrándonos que, en más de una ocasión, nos comportamos peor que los críos.

4 comentarios:

karlos dijo...

un 10 "sin mas comentarios"

Anónimo dijo...

Si señor corroboro el 10, no siempre los problemas que nos ocupan y preocupan son tan grandes como parecen. solo hace falta dejar pasar un poco de tiempo y verlo con perspectiva.

Anónimo dijo...

9

Nacho Alastruey Benedé dijo...

Karlos y Anónimo:

Muchas gracias :)

He de decir dos cosas:

Primero, que tenía un profesor que siempre decía que era mejor ser de "9" que de "10" porque los números "10" eran un poco raros.

Segundo, bromas aparte, deciros que la escena de los niños da para mucho y podría haber escrito bastante más. Espero que al menos os haya servido para iniciar la reflexión


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Anónimo 2:

¡¡Yuhuu!!
Gracias por el nueve :)

Saludos