Imbuidos como estamos en la vorágine del Mundial de Fútbol, parece que toda noticia relacionada con el deporte rey debe ser digerida sin pasarla por la criba mental. Y no. Vaya por delante mi alegría por la salvación del Huesca y porque la temporada que viene vuelva a jugar en 2ª B. Parece que es lo que una ciudad como la nuestra se merece. Pero hasta ahí. Ayer regresaban a Huesca los del fútbol, provenientes de Canarias, y fueron recibidos a las puertas del campo por el alcalde de Huesca y varios concejales.A mí también me pareció excesivo. Al menos esta vez no hubo camisetas revanchistas como las que se vieron el año del ascenso. En cualquier caso, qué alegrón el domingo :)
Sin embargo, no acabaron allí los agasajos. Pasaron por San Lorenzo, para darle las gracias por no bajar (igual que hace unos meses le pidieron ayuda para lo que se les venía encima). Dentro del respeto, tengo mis dudas de que a muchos de estos chavales les importe un bledo la figura de San Lorenzo y no sientan la más mínima necesidad de ir a rezarle. Si es que lo hacen. En fin, es una tradición. Se respeta. Pero es que tras ello, fueron recibidos de nuevo en el ayuntamiento de Huesca. ¿Para qué?, me pregunto. No han ganado nada, no se han quedado finalistas de nada. Son, como decía ayer un amigo, los menos malos de los peores... Y gracias. ¿Acaso ha recibido el ayuntamiento a los chicos y directiva del balonmano, que tampoco bajaron de categoría hace pocas semanas y también se salvaron in extremis? ¿Y a los del baloncesto, éstos que estuvieron a punto de subir y que han hecho una temporada de las de enmarcar? ¿Por qué a unos sí y a otros no? Pregunto.
No quiero ni pensar lo que podría llegar a ocurrir si, un día, quién sabe, el Huesca llegase a ganar algo, pongo por ejemplo, una Copa...
miércoles, 14 de junio de 2006
Interesante reflexión...
... la de Nuria Garcés hoy en Radio Huesca acerca de los fastos tras la salvación de la S.D. Huesca.
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