domingo, 1 de febrero de 2009

El derby aragonés: R. Zaragoza -2- S.D. Huesca -2-

Por mucho tiempo que haya pasado desde el 6 de diciembre de 2008, esta bitácora necesita una alusión directa al partido de fútbol que disputó la S.D. Huesca frente al Real Zaragoza en la Romareda.

La previa

En los días previos, el interés que despertaba el partido era claramente desigual: la una enorme ilusión en la ciudad oscense contrastaba con un cierto aire de normalidad en gran parte de la afición zaragocista. Así, mientras las entradas que se ponían a la venta en Huesca apenas duraban unos minutos en taquilla, más de un abonado zaragocista ultimaba su plan de viaje para el puente de la Inmaculada.

Sea de una manera o de otra, llegó el sábado y con él un partido que difícilmente se borrará de mi retina.

Aunque el grueso de la afición de Huesca fue básicamente distribuida en dos zonas del campo, a uno y otro lado del fondo sur, la localidad que pude conseguir en Huesca ubicó mis posaderas (ya la de aproximadamente otra veintena de oscenses) en un lateral junto al fondo Norte. Aunque la tarde amenazaba lluvia, entramos pronto en el campo con la idea de disfrutar un ambiente que seguro iba a ser especial.



El partido

Y comenzó el partido. A los pocos minutos, mas de un susto por parte de un Zaragoza cuyos delanteros parecían auténticas flechas (en particular Ewerthon). La velocidad de Eduardo o el desatino de Arizmendi (según se mire) evitó que el marcador variara, mientras el Huesca intentaba hacerse su hueco al son de Luis Helguera y un enorme Juanjo Camacho.

El 0-0 inquietaba a parte de la afición local que la tomaba, con sonido de viento, con Arizmendi. Nada mejor para el Huesca, que veía como Arizmendi perdía los nervios y se marchaba a la caseta con una tarjeta roja que a mí, desde el campo, me pareció a todas luces merecida. 0-0 al descanso y contra 10. Bien.

De la segunda parte se podría escribir un libro entero. Primero, la inexplicable mano de Chus Herrero (a juzgar por las imágenes de la televisión, porque desde mi posición era imposible verlo) y el consiguiente penalty. Tras unos interminables preparativos que pusieron a prueba nuestros nervios, Rubén Castro enchufó el 0-1 y colmó el sueño de muchos de los allí presentes que habíamos dicho conformarnos con que, fuera cual fuera el resultado, el primer gol del encuentro fuera del Huesca.

Lo cierto es que con la nueva situación las expectativas crecieron y empezamos a frotarnos los ojos mientras éramos conscientes de que se podía ganar. El Huesca comenzó a tocar el balón y a disfrutar. Así las cosas, en una jugada colectiva enorme José Végar- vaya temporadón el suyo- remachaba de cabeza el 0-2 llevando el delirio a las gradas oscenses.

Me da rabia decirlo, pero con esa tesitura el partido no se le debió escapar al Huesca. 0-2 contra 10 y con un sector de la afición zaragocista cambiando los cánticos de apoyo por el de "jugadores mercenarios". Ojalá me equivoque, pero creo que pocas oportunidades así tendrá el Huesca de ganar en la Romareda al Real Zaragoza.


Silenciando los "olés" de la afición oscense, Ewerthon hacía el 1-2 y volvía a meter en el partido al Zaragoza. A renglón seguido, tal como intuíamos más de uno, Luis Helguera era expulsado. En la acción más injusta de todas aquellas que protagonizó, de acuerdo, pero expulsado. En favor de Helguera podemos decir que la primera amarilla es dudosa y la segunda de risa. En contra, que pudo ser expulsado ya en la primera parte al propinar un codazo en el área a Pulido (hubiera sido penalty y, claro está, otro partido aunque en la televisión también se ve un penalty en la primera parte de Ayala sobre Camacho poco antes) y que jugó al límite tensando la cuerda en demasía. Incluso Marcelino, sabedor de la importancia de Helguera en el esquema del Huesca, forzó su propia expulsión para allanar el camino de Helguera a los vestuarios. Sea como fuere, y a toro pasado, pienso que si Calderón se hubiera adelantado a los acontecimientos y sustituye a Helguera por Sorribas, ese partido no se le escapa al Huesca.

Conjeturas aparte, el hecho es que tras la expulsión de Helguera los jugadores azulgranas se miraban unos a otros con cara de preocupación y se pasó de tener el partido ganado a terminar pidiendo la hora después de que Ewerthon empatara el partido y llevara el delirio a las gradas. Por cierto, cuando menos curiosa la manera de festejar el gol por parte de algún aficionado zaragocista que, cerca de mi localidad, me obsequió con una secuencia de cortes de mangas a una frecuencia digna de mención. Alguno también, en vez de decir "gol" decía "hijos de gol" o algo así me pareció entender...

La resaca del partido

Durante los días siguientes al partido, el debate se centró más en el comportamiento de las aficiones que en el propio partido (quizás, y soy malpensado, porque en lo deportivo el Zaragoza no hubiera salido precisamente bien parado). Pasados ya unos cuantos meses, y a riesgo de meterme en un berenjenal, voy a dar mi opinión.

Cualquier generalización del tipo "todos los aficionados del Huesca son..." o "todos los del Zaragoza ..." es errónea. Creo que en ambas aficiones hubo gente que hubiera estado mejor en su casa. Nos guste o no, es el porcentaje de bobos que hay que asumir y poco se puede hacer amén de tratar de hacerles el vacío. Yo, particularmente, estoy empezándome a cansar de la gente que domingo tras domingo encuentran divertido insultar o mofarse de los aficionados rivales que, haciendo un paquetón de kilómetros, vienen al Alcoraz acompañando a su equipo. Me cansan también aquellos que se limitan a insultar a diestro y siniestro sin ningún criterio y me agotan aquellos que no admiten que el fútbol no es nada más que un deporte.

Por eso, del día de la Romareda me quedo con el aficionado zaragocista que nos compró la entrada que nos sobraba a sabiendas de que era en la zona de aficionados oscenses. Con aquellos que compartieron localidad y rivalidad con elegancia. Con aquellos que no habían ido nunca al fútbol y vibraron con la emoción del partido. Con todos mis amigos zaragocistas a los que llamé desde el campo con el 0-2 y me devolvieron la llamada, por fato y por bocas, con el 2-2. Me quedo, en definitiva, con todos los que disfrutamos ese derby y ya tenemos ganas del próximo.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

¡qué chulo!!
¡la mejor crónica del partido!
Un abrazo.
:-)

Nacho Alastruey Benedé dijo...

Vesania:

Muchas gracias.

¡Qué alegría!

¡¡Yuhuuu!!

:)

Anónimo dijo...

Por cierto, que he corregido el inmenso error de no haber nombrado a los de Huesconsin que decía Peibols en el post de la semana pasada dón de hacía referenci a la blogosfera aragonesa en los principios de los tiempos. Mil perdones, dicen que rectificar es de sabios ;-))
otro abrazo.
Carmen.

http://vesania.blogia.com/2009/012103-echando-la-blog-mirada-atras....php

Nacho Alastruey Benedé dijo...

Vesania:

Cuando alguien se equivoca sin mala intención, no hay motivo para enfadarse.

En cualquier caso, un lujo aparecer en esa relación que has puesto junto a gente que ha sido y es una referencia.

Me ha gustado eso de que "quien cierra un blog pierde un tesoro"

Saludos