No se me ocurre mejor manera de retomar esta cuasi-olvidada bitácora que intentar plasmar la multitud de sensaciones vividas anoche en el concierto de Leonard Cohen en el Pabellón Príncipe Felipe de Zaragoza. Será difícil que olvide todos esos pequeños detalles que hicieron grande un espectáculo musical de un nivel impresionante.
Sobre un escenario sobrio, la inconfundible voz de Leonard Cohen fue envolviendo al público en un gustoso silencio, mezcla de respeto, cariño y admiración ante el despliegue de recursos musicales de todos y cada uno de los presentes en el escenario.
Sé que la imagen de la gran sombra proyectada sobre el escenario del gigante músico zaragozano Javier Mas en los primeros acordes de "Lover, lover, lover" se ha hecho con un hueco en esa galería de honor de imágenes que nuestro cerebro almacena sin que nos lo propongamos ni podamos evitarlo.
Si asistir a más de tres horas de concierto hoy en día ya es complicado, ver a un artista de 75 años abandonar el escenario dando saltos con una sonrisa pícara dibujada en el rostro suena a lujazo. Y más si a todo ello le añades un elenco de músicos disfrutando cada acorde, a la luz de la voz de un Cohen que una y otra vez se quitaba el sombrero para ceder el protagonismo a todos y cada uno de los miembros de su banda.
De rodillas o de pie, con sombrero o sin él, me encandiló Leonard Cohen. Y eso que entre tantas sensaciones resultaba difícil mantener la concentración en sus letras. Pura poesía, pura MÚSICA. En definitiva, precioso.
Ps.: Adjunto un vídeo que corresponde al concierto del pasado día 12 en Madrid y que precisamente corresponde a la canción "Lover, lover, lover". Poneos los auriculares, subid el volumen y simplemente disfrutad
Algunos enlaces interesantes:
Sobre un escenario sobrio, la inconfundible voz de Leonard Cohen fue envolviendo al público en un gustoso silencio, mezcla de respeto, cariño y admiración ante el despliegue de recursos musicales de todos y cada uno de los presentes en el escenario.
Sé que la imagen de la gran sombra proyectada sobre el escenario del gigante músico zaragozano Javier Mas en los primeros acordes de "Lover, lover, lover" se ha hecho con un hueco en esa galería de honor de imágenes que nuestro cerebro almacena sin que nos lo propongamos ni podamos evitarlo.
Si asistir a más de tres horas de concierto hoy en día ya es complicado, ver a un artista de 75 años abandonar el escenario dando saltos con una sonrisa pícara dibujada en el rostro suena a lujazo. Y más si a todo ello le añades un elenco de músicos disfrutando cada acorde, a la luz de la voz de un Cohen que una y otra vez se quitaba el sombrero para ceder el protagonismo a todos y cada uno de los miembros de su banda.
De rodillas o de pie, con sombrero o sin él, me encandiló Leonard Cohen. Y eso que entre tantas sensaciones resultaba difícil mantener la concentración en sus letras. Pura poesía, pura MÚSICA. En definitiva, precioso.
Ps.: Adjunto un vídeo que corresponde al concierto del pasado día 12 en Madrid y que precisamente corresponde a la canción "Lover, lover, lover". Poneos los auriculares, subid el volumen y simplemente disfrutad
Algunos enlaces interesantes:
- La crítica del concierto en Heraldo de Aragón
- Comentario en el blog de Matías Uribe
- Leonard Cohen en la Wikipedia
- Las diosas de Leonard Cohen (y Tom Waits)
- La página oficial de Leonard Cohen
2 comentarios:
Qué envidia más grande y gorda me das. Cruzo los dedos para que siga con buena salud y le apetezca volver de gira por aquí cerca.
¡Gracias por la entrada y enhorabuena por el regreso!
Bárbara:
Ojalá tengamos el lujazo de volverle a ver por aquí.
Para mí, un concierto imborrable.
Saludos!
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