Reconozco que el pasado domingo no fui capaz de escribir la crónica del partido. Y eso a pesar de que abandoné el Alcoraz con la sensación de haber visto un buen partido con muchos de los ingredientes que hacen grande este deporte: lucha, tensión, incertidumbre y, en mi opinión, bastante fútbol aunque fuera soberanamente injusto con la SD Huesca.
Avanzada la semana y más reposado el mosqueo con el que la
gran muchedumbre abandonamos el Alcoraz, intentaré dejar constancia de lo que vi
sobre el césped, principalmente porque la mayoría de recuerdos son buenos.
Y es que pienso que asistimos al mejor primer tiempo del
Huesca en lo que llevamos de temporada, dominando con argumentos futbolísticos
a la Ponferradina desde el primer momento y transmitiendo a todos los presentes
esa sensación que tanto me gusta percibir de que los tres puntos no se iban a
escapar del Alcoraz.
Enfrente, una Ponferradina que venía sin haber puntuado
fuera de casa, sí, pero traía en punta uno de esos artilleros que uno desearía
tener en su equipo: Yuri de Souza. Como era de esperar, el brasileño fue un incordio constante para todos los
presentes, árbitro incluido, y tuvo en sus botas la primera ocasión del partido.
En la que quizás fue la única concesión defensiva de los azulgranas en todo el
partido, Iñigo López midió mal un despeje dejando en franca ventaja al ariete brasileño y obligando a Leo Franco a desbaratar la clara ocasión.
El hecho de que el hasta la fecha tradicional despiste defensivo del primer tiempo no fuera materializado por el rival, pero principalmente la excepcional actitud futbolística del Huesca plasmada en el espléndido remate de David Máinz a centro de Darwin Machís, levantó los ánimos de un graderío tan necesitado de triunfos como el equipo. Tras el gol, varios acercamientos más, destacando especialmente una delicatessen de Tyronne, que tiró de varita mágica para sortear a cuantos rivales le salieron al paso y a la que solamente le faltó el gol.
El sobresalto de la lesión de Aythami fulminó un primer tiempo con un marcador que se me antojó escueto a los méritos de unos y otros.
Tras el descanso, movió ficha la Ponferradina incorporando a Pablo Infante, otro incordio. El Huesca seguía fino y lo más importante, Leo Franco seguía de espectador. Pero no es menos cierto que se perdonaban un par de acciones claras, especialmente una de Tyronne que se embriagó de balón en lugar de habilitar a los compañeros que acompañaban la jugada. Y la igualdad de esta categoría no perdona: cada indulgencia acarrea su penitencia.
Retiró Tevenet a Camacho para incorporar a Bambock. Caprichos del destino, el cambio, que más de uno hubiéramos firmado de puño y letra, no consiguió el efecto deseado. Poco a poco la Ponferradina fue ganando metros a la par que el Huesca retrocedía y se encomendaba principalmente a la velocidad de un Darwin Machís que tiene dinamita en sus piernas. En una de sus arrancadas, fue claramente trabajo dentro del área pero el árbitro, cerca de la jugada, no estimó el contacto como digno de pena máxima.
El hecho de que el hasta la fecha tradicional despiste defensivo del primer tiempo no fuera materializado por el rival, pero principalmente la excepcional actitud futbolística del Huesca plasmada en el espléndido remate de David Máinz a centro de Darwin Machís, levantó los ánimos de un graderío tan necesitado de triunfos como el equipo. Tras el gol, varios acercamientos más, destacando especialmente una delicatessen de Tyronne, que tiró de varita mágica para sortear a cuantos rivales le salieron al paso y a la que solamente le faltó el gol.
El sobresalto de la lesión de Aythami fulminó un primer tiempo con un marcador que se me antojó escueto a los méritos de unos y otros.
Tras el descanso, movió ficha la Ponferradina incorporando a Pablo Infante, otro incordio. El Huesca seguía fino y lo más importante, Leo Franco seguía de espectador. Pero no es menos cierto que se perdonaban un par de acciones claras, especialmente una de Tyronne que se embriagó de balón en lugar de habilitar a los compañeros que acompañaban la jugada. Y la igualdad de esta categoría no perdona: cada indulgencia acarrea su penitencia.
Retiró Tevenet a Camacho para incorporar a Bambock. Caprichos del destino, el cambio, que más de uno hubiéramos firmado de puño y letra, no consiguió el efecto deseado. Poco a poco la Ponferradina fue ganando metros a la par que el Huesca retrocedía y se encomendaba principalmente a la velocidad de un Darwin Machís que tiene dinamita en sus piernas. En una de sus arrancadas, fue claramente trabajo dentro del área pero el árbitro, cerca de la jugada, no estimó el contacto como digno de pena máxima.
Con el Huesca ya completamente atrincherado atrás, un Tyronne exhausto dejaba su lugar a Samu Sáiz. Pero no era el día de los hombres de refresco y el Huesca seguía sin hacerse con el balón poniendo una inmerecida dosis de incertidumbre al partido.
Y así, de un saque de esquina que seguramente no lo fue nació la jugada del empate. Gol olímpico con truco pues, como bien demuestran las imágenes de televisión, Pablo Infante empuja a Leo Franco para permitir que el espléndido golpeo de Álvaro Antón se cuele en la portería.
Con grada y equipo absolutamente desquiciados todavía hubo tiempo para que Seoane se fuera a la caseta expulsado. Y poco más, porque la ira que apresó a los azulgranas les privó del temple necesario para aprovechar la superioridad. Muestra de ello, el defectuoso control de Machís tras un buen pase de Fran Mérida.
A la postre 1-1. Nuevo empate en casa pero, eso sí, sensaciones muy diferentes.
Mi evaluación:
- Leo Franco: Apenas sin trabajo, paró la que había que parar en la primera parte. Fue claramente empujado en el gol visitante, así que poco se le puede achacar más allá de que quizás un jugador de su veteranía podría haberse zafado de Pablo Infante antes de darle opción a que le empujara. Fue uno de los que perdió los papeles tras el gol y pudo ser expulsado ya que empujó al árbitro tras ser amonestado.
- Aythami: Cuajó su mejor primer tiempo de lo que llevamos de
temporada. Seguro atrás, se incorporó con frecuencia al ataque por su banda. Una
pena que cayera lesionado y vaya a estar unas tres semanas de baja.
- Morillas: Otro que está yendo a más. Comienza a ser el Morillas que nos encandiló la temporada pasada. Tiene un guante en la zurda.
- Iñigo López: Con el único lunar del primer tiempo, estuvo sobrio y muy metido en el partido. Ojalá termine teniendo el peso específico que todo esperamos de él.
- Carlos David: Expeditivo y sin contemplaciones. Centradísimo en todo momento pienso que cuajó su mejor partido hasta la fecha.
- Manolo: En mi modesta opinión, fue el mejor jugador de la SD Huesca. Claro dominador de su parcela por arriba y a ras de suelo, aportó mucho equilibrio al equipo. Sus continuas recuperaciones de balón dieron alas al equipo, sobre todo un primer tiempo pletórico. Y además con la cabeza fría. No me extraña que Tevenet confíe ciegamente en él.
- Fran Mérida: De más a menos, como el equipo. Perdió protagonismo en la segunda mitad y el equipo lo acusó. Fue de los que se vio más frustrados tras el gol.
- Darwin Machís: Velocidad y desborde. Tiene dos metros terroríficos para los rivales y eso en esta categoría aporta mucho.
- Tyronne: Tiene una magia especial que le permite levantarnos del asiento a los aficionados, pero se le pueden exigir dos cosas: mayor sacrificio defensivo y mejor elección en la finalización de las jugadas. En mi opinión, su contra-ataque fallido en la segunda mitad fue igual de clave que la falta no señalada en el gol.
- Camacho: No sé si lo he llegado a plasmar por escrito o no, pero soy de los que piensa que no debería ser titular todos los partidos. Pero él se empeña a ganarse la titularidad a base de esfuerzo, trabajo y una chispa mental que le hace ser fundamental. Se retiró agotado y fue lógico su cambio, sí, pero es innegable que el equipo dio un paso atrás sin su presencia.
- David Máinz: Jugadorazo de los que me gustan. Generosísimo en el esfuerzo e implicado a más no poder, marcó un gol espléndido. Terminó el partido sin gasolina y el equipo lo acusó pero demostró con creces que ahora mismo es el delantero centro titular del equipo. Desconozco quién hizo la gestión, pero bravo por quien lo trajo en el pasado mercado de invierno. Me encanta ver un aragonés dejándose el alma por la SD Huesca. Me encantó, por cierto, su celebración del gol yéndose al banquillo y saludando uno por uno. Detallazo.
- Morillas: Otro que está yendo a más. Comienza a ser el Morillas que nos encandiló la temporada pasada. Tiene un guante en la zurda.
- Iñigo López: Con el único lunar del primer tiempo, estuvo sobrio y muy metido en el partido. Ojalá termine teniendo el peso específico que todo esperamos de él.
- Carlos David: Expeditivo y sin contemplaciones. Centradísimo en todo momento pienso que cuajó su mejor partido hasta la fecha.
- Manolo: En mi modesta opinión, fue el mejor jugador de la SD Huesca. Claro dominador de su parcela por arriba y a ras de suelo, aportó mucho equilibrio al equipo. Sus continuas recuperaciones de balón dieron alas al equipo, sobre todo un primer tiempo pletórico. Y además con la cabeza fría. No me extraña que Tevenet confíe ciegamente en él.
- Fran Mérida: De más a menos, como el equipo. Perdió protagonismo en la segunda mitad y el equipo lo acusó. Fue de los que se vio más frustrados tras el gol.
- Darwin Machís: Velocidad y desborde. Tiene dos metros terroríficos para los rivales y eso en esta categoría aporta mucho.
- Tyronne: Tiene una magia especial que le permite levantarnos del asiento a los aficionados, pero se le pueden exigir dos cosas: mayor sacrificio defensivo y mejor elección en la finalización de las jugadas. En mi opinión, su contra-ataque fallido en la segunda mitad fue igual de clave que la falta no señalada en el gol.
- Camacho: No sé si lo he llegado a plasmar por escrito o no, pero soy de los que piensa que no debería ser titular todos los partidos. Pero él se empeña a ganarse la titularidad a base de esfuerzo, trabajo y una chispa mental que le hace ser fundamental. Se retiró agotado y fue lógico su cambio, sí, pero es innegable que el equipo dio un paso atrás sin su presencia.
- David Máinz: Jugadorazo de los que me gustan. Generosísimo en el esfuerzo e implicado a más no poder, marcó un gol espléndido. Terminó el partido sin gasolina y el equipo lo acusó pero demostró con creces que ahora mismo es el delantero centro titular del equipo. Desconozco quién hizo la gestión, pero bravo por quien lo trajo en el pasado mercado de invierno. Me encanta ver un aragonés dejándose el alma por la SD Huesca. Me encantó, por cierto, su celebración del gol yéndose al banquillo y saludando uno por uno. Detallazo.
- Óscar Ramírez: Salió por Aythami y cumplió con creces contra
sus excompañeros. Y eso que Pablo Infante no se lo puso nada fácil.
- Bambock: Mira que he pedido yo desde aquí su presencia en el campo y para un día que Tevenet me hace caso… No fue su tarde. Anduvo desubicado y algo timorato. No obstante, sigo pensando que terminará jugando. Es joven y tiene un físico espectacular.
- Samu Sáiz: Otro que no tuvo su tarde. De él se esperaba recuperar el control del balón y clarividencia para la lanzar las contras (como hizo sensacionalmente en Alcorcón). Quizás porque no era el momento a nivel general, pero ni lo uno ni lo otro.
- Bambock: Mira que he pedido yo desde aquí su presencia en el campo y para un día que Tevenet me hace caso… No fue su tarde. Anduvo desubicado y algo timorato. No obstante, sigo pensando que terminará jugando. Es joven y tiene un físico espectacular.
- Samu Sáiz: Otro que no tuvo su tarde. De él se esperaba recuperar el control del balón y clarividencia para la lanzar las contras (como hizo sensacionalmente en Alcorcón). Quizás porque no era el momento a nivel general, pero ni lo uno ni lo otro.
- Tevenet:
Ya que tras el partido contra el Valladolid lancé varias
dudas al aire sobre los planteamientos de Tevenet, esta vez le voy a dedicar un
aparte. El tiempo, y principalmente su trabajo, ha respondido a la mayoría de
los interrogantes que yo me planteaba. ¿Que sorprenden algunas de sus
convocatorias o alineaciones? A lo mejor es que hay jugadores que necesitan
espabilar más. Lo que está claro es que los que juegan lo están dando todo y
eso me parece argumento más que suficiente para que el sevillano siga confiando
en ellos. Algunos, como Manolo, están dando la razón a Tevenet. Estoy encantado
de que me haya callado la boca.
- El colegiado: Rubén Ruipérez Marín
- El colegiado: Rubén Ruipérez Marín
El partido merece también una mención al colegiado. Lo que
voy a decir sonará impopular pero a mí me gustó su arbitraje en líneas
generales. Y voy a argumentar mi parecer:
- Dejó claro en todo momento su criterio en la señalización de las faltas. Tolerancia cero a piscinazos o las típicas “faltitas” que interrumpen constantemente el partido. Un dato, no fue hasta casi transcurrido un cuarto de hora cuando señaló la primera falta y, como aficionado, eso es muy de agradecer.
- Sus principales errores son achacables a uno de sus asistentes, que en la primera parte erró en la señalización de varios fueras de juego (especialmente grave, uno en una arrancada de Máinz) y en la segunda se tragó el clamoroso empujón de Pablo Infante a Leo Franco. Yo, y supongo que muchos más en el campo, no lo vi. Entiendo que el colegiado tampoco y sí que pienso que el asistente debió hacerlo.
- No señaló el claro penalti sobre Machís, sí. Y estaba cerca. Pero entiendo que lo hizo siguiendo el mismo criterio con el que en la primera mitad no señaló varias faltas que también pudieron haber sido a favor de la Ponferradina. De una de ellas, nació la jugada del gol del Huesca, como bien apuntó el entrenador visitante en la rueda de prensa.
¿Salió perjudicada la
SD Huesca? Claramente sí. Pero ni mucho menos me parece un mal árbitro. Todo lo
contrario.
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