miércoles, 6 de enero de 2016

[DerbiAragonés] Real Zaragoza 3 - SD Huesca 3


Foto de @Manuel_eboca

Escribir las crónicas futbolísticas Desde el Salto de Roldán me libera de las prisas que la inmediatez en la que vivimos exige a cualquier medio de comunicación. Dejar pasar unas horas es una medicina excelente para dar la escala real a las cosas, aunque cuando hay tantos sentimientos de por medio, creo que es imposible.

Lo que váis a leer es la visión subjetiva de un aficionado oscense que vio el partido desde las alturas de la Tribuna Sur de La Romareda, enloqueció con cada uno de los goles de su equipo y que, más de 48 horas después, sigue notando anudada la zona epiglotal al tiempo que sí, luce una sonrisa de oreja a oreja cuando recuerda todo lo sentido.

La previa

Creo que durante la semana ya lo había dejado claro: para un oscense aficionado a la SD Huesca, un partido en La Romareda es y será algo especial. Por eso, anduve inquieto deseoso de ubicarme en el graderío para disfrutar con tranquilidad de los instantes previos al partido.

La primera decepción de la tarde fue el lamentable aspecto que presentaban las butacas de la Romareda, impropio de un campo profesional, al menos en la zona en la que nos ubicamos. Como bien apuntó un aficionado por mi zona, parecían haber sido rociadas con una manguera de barro. Impropio y supongo que incómodo también para los zaragocistas que acudan domingo tras domingo a ver a su equipo.

El segundo mal trago, y ya me fastidia, fue comprobar con mis propios ojos la mala educación de un reducido grupo de aficionados oscenses que, a juzgar por su comportamiento, se consideran con más derechos que los demás. Ya viví algo similar en Tarragona pero lo de ayer superó con creces mi aguante. Llegan y se ponen de pie molestando a todos los aficionados que pertenecemos - según su curioso criterio- a una casta inferior ("paletos", "comepipas", "payasos", etc...) y por tanto tenemos que ceñirnos a su modus-vivendi. No lo entiendo.

El partido

Sorprendió Carreras con la alineación y sorprendió de salida la SD Huesca adueñándose por completo del balón y por tanto del partido. Los azulgranas controlaban todas las facetas del juego y merodeaban la portería defendida por Bono con la sensación, eso sí, de que faltaba algo de pólvora arriba. Ni Camacho, ni Fran Mérida ni Darwin Machís atinaron a plasmar la palpable superioridad en el marcador.

Despertó La Romareda con una soberbia chilena de Ángel que despejó Leo Franco y el partido, hasta ese momento de guante blanco, se encabritó tras una falta de Ortí sobre Fran Mérida a la que sucedió un pequeño tumulto que no pasó a mayores. Ambas acciones enchufaron a un Zaragoza hasta entonces apagado y en el minuto 39 Ángel aprovechó la energía para sacarse de la manga un golazo que ponía el 1-0 en el marcador y caras de circunstancias en los aficionados oscenses.

Pero aún había tiempo para más. Primero, en el 41 Camacho sobreactuaba de forma tan poco deportiva como lo fue el gesto de Hinestroza de sacarle el codo. Y apenas dos minutos más tarde, Ángel era expulsado en una jugada que, evidentemente, marcaría el devenir del partido. 
La secuencia de acontecimientos es la que sigue: Carlos David hace falta sobre Ángel. Mientras Ángel cae, Carlos David da un toque al balón, golpeando éste al delantero zaragocista que, justo delante del árbitro asistente, agrede al central azulgrana. A partir de ahí se monta una trifulca en la que suceden varias cosas más. El primero en llegar es Morillas, que toca la cabeza de Ángel, que por cierto emula a Camacho en sus dotes artísticas (hecho que ha pasado desapercibido para más de uno). Y luego llega el resto de la tropa, destacando en antideportividad el comportamiento de Hinestroza, que le lanza un par de conatos de cabezazo a Morillas y a un Fran Mérida que echaba sapos y culebras.  
La agresión de Ángel a Carlos David
Quien más se equivoca es Ángel y por eso es el expulsado (él mismo reconoció luego su error). Mérida se fue amonestado y Carlos David e Hinestroza absueltos, en el caso del colombiano fue hábilmente alejado del árbitro por su entrenador que yo creo que se temió absolutamente lo peor. Insisto: se equivoca Ángel y, en mi opinión, acierta el colegiado a quien quizás únicamente se le pueda reprochar que no amonestara a Carlos David (pero, claro, también Hinestroza se va de rositas)

Con todo el mundo alterado, se llegó al descanso. 1-0.

Tras la reanudación, nuevo monólogo del Huesca que se lanzó a por el empate. Anquela, que había dejado fuera de la convocatoria a David Máinz, retiró a Iñigo López para dar entrada a Héctor Figueroa como referencia en la punta de ataque.  Carreras, por su parte, había sacado a Diamanka en sustitución de la sorpresa de la alineación local: Jorge Ortí.

Le salió bien la jugada a Anquela pues apenas once minutos le costó a Fran Mérida, el mejor jugador sobre el maltrecho césped de La Romareda, sacarse de la chistera un golazo para empatar y casi provocarnos un corte de digestión a quienes acabábamos de merendar/cenar.

Y casi sin tiempo para serenarnos, Héctor Figueroa (que no había marcado desde el amistoso de pretemporada contra el Real Zaragoza) picaba al fondo de las mallas un excelente servicio de David Morillas tras una jugada que vale la pena ver completa por su elaboración. 1-2 y delirio aboluto en la parroquia oscense que ya se vio, como siete años atrás, con el partido en el bolsillo.

Y es que tuvo el Huesca contra las cuerdas a los blanquillos, desquiciados por la posesión azulgrana como demostró Pedro con una entrada por detrás al tobillo de Fran Mérida al límite de la expulsión. Pero el Huesca no sólo no remató a su rival sino que le anticipó la llegada de SSMM de Oriente con diez minutos de festival de despropósitos defensivos que trasladaron el extasis a la afición zaragocista al mismo tiempo que a los oscenses se nos ponía cara de haba. Primero con el empate, luego con la ocasión marrada por Camacho y luego con el 3-2 de Diamanka.

En plena fiesta de la hinchada local, que devolvía los olés y reclamaba - con éxito por cierto- que botara el Alcoraz, Machís, Camacho y sobre todo Figueroa desperdiciaban ocasiones mientras el reloj caminaba inexorablemente hacia el final del partido. Para colmo, Fran Mérida veía la segunda amarilla igualando en número las fuerzas pero haciendo crecer al Zaragoza, que remaba a favor de corriente por el resultado.

Cambiaban las tornas y era el Zaragoza quien tenía sobre la lona al Huesca. Parecía más cerca el cuarto gol blanquillo que el empate y Leo Franco se veía obligado a poner una mano salvadora para evitarlo en un tiro de Erik Morán. El partido agonizaba con tres minutos de descuento a todas luces exiguos, teniendo en cuenta que había habido seis cambios (el de Hinestroza a cámara superlenta) y varias interrupciones por jugadores lesionados (en favor del criterio del colegiado, cierto es que sin la entrada de las asistencias).

Y cuando apenas quedaba medio minuto para que se cumplieran los tres de añadido, Morillas centra desde la zurda, Cabrera no llega a despejar (lo intenta con la mano, por cierto) y Rico se va a bloquear a Figueroa dejando sin marca a Carlos David para que con la tibia iguale el partido a tres y provoque un estallido de alegría en la marea azulgrana y una rauda estampida de La Romareda entre los zaragocistas.

Cabrera casi despeja con la mano antes del gol de Carlos David


Ambos equipos pudieron ganar. Ambos pudieron perder. Al final, empate.

El post-partido
 
Debo reconocer mi más profunda decepción y tristeza por las cosas que he podido leer después del partido. Ya es triste que una mayoría aboguemos por una rivalidad sana y que unos pocos, con bastante voz, por desgracia, se dediquen a enmerdar y echar gasolina a los mamporreros de turno.
Mi primera gran decepción es con la crónica de Jose María Pardina, de Diario del Altoaragón. Me parece muy inapropiada la referencia a Zaragoza como "el barrio industrial" así como pienso que están fuera de lugar otras lindezas como calificar de "táctica de equipo pequeño" el universal y tristemente admitido comportamiento de los recogepelotas (que por cierto, alguna vez hemos visto también en el Alcoraz). Error inoportuno y gravísimo del autor que siento especialmente por el cariño que tengo a ese medio y a otros excelentes profesionales que trabajan en él.
Debo decir también que en Zaragoza hay quien no asume que el Huesca está en la misma categoría que el Zaragoza y está claro que a más de uno le escuece (y mucho) que el Huesca juegue de tú a tú al Zaragoza en La Romareda. Creo que hay quien sigue pensando que los oscenses iríamos a Zaragoza a hacer unas compras, nos meterían un 4-0 y, oye, tan amigos por haber tenido el privilegio de visitarlos. Igual que tengo muy claro que por Historia y muchas otras razones el Real Zaragoza es el primer club de Aragón, también creo lícito exigir un respeto a la SD Huesca y hay algunos periodistas que no sólo no lo tienen sino que parecen sacar pecho con lo contrario.
Por cierto, quienes más niegan que lo del domingo fuera un "derbi aragonés" son quienes más se han exaltado y quienes más claramente demuestran que, aunque no les guste, estamos compitiendo con ellos: hay derbi.
    La grada

Me irrita sobremanera que se mienta. Igual que afeo que José María Pardina utilice de soslayo la expresión "mala educación" en su crónica refiriéndose a la afición local, me revienta que se diga que la afición de Huesca va a La Romareda a provocar, que faltamos al respeto y que se intente agitar a quienes ya de por sí llevan la violencia por bandera.

Reto a quien mantenga lo contrario a que me demuestre qué cántico irrespetuoso se profirió para que haya ese odio tan visceral. Creo además, que la gran mayoría de la gente comprende perfectamente lo que es un derbi de estas características y goza, por fortuna, de buen humor. Si no, por ejemplo, la grada blanquilla no habría coreado el "que bote el Alcoraz" con el 3-2 y los oscenses no nos hubiéramos puesto a saltar.
Igual que me sobran en los campos de fútbol, violentos e incitadores al odio sobran también de los medios de comunicación y de las redes sociales.

Mi evaluación

Leo Franco: Creo que poco se le puede reprochar en los goles. Tuvo una mano salvadora evitando el 4-2.

Óscar Ramírez: Buen primer tiempo, incorporándose por su banda. Tuvo que retirarse lesionado.

Morillas: Dos asistencias como dos soles en el segundo y tercer gol del Huesca.

Carlos David: Partícipe de la zozobra defensiva que permitió la remontada del Zaragoza (asistencia en el 2-2) pasará a la Historia (sí, con mayúsculas) por haber metido el 3-3. ¡Y lo que me alegro por él!

Iñigo López: No estaba teniendo muchos problemas pero de una imprecisión defensiva entre él y Jesús Valentín sacó petróleo Ángel para hacer el 1-0. Aun así, está rindiendo a buen nivel.

Jesús Valentín: Está yendo a más y si sigue en esta línea será difícil que salga del once. Es un futbolista muy versátil y encaja a la perfección en la disposición táctica que demanda Anquela.

Bambock: Otro que será difícil sacar del once, aunque a veces pone a prueba nuestra resistencia cardíaca arriesgando en exceso con el balón. Le puso en bandeja el 3-2 a Diamanka.

Camacho: Futbolísticamente hablando, leyó estupendamente el partido jugando un muy buen primer tiempo. En la segunda parte, bajó (como es lógico) su rendimiento. Perdonó el 2-3 y le faltaron fuerzas para haber tapado a Diamanka en el 3-2. En lo que no es fútbol, una vez más retratado por las cámaras sobreactuando. Una pena que enturbie con esos detalles una carrera que en lo futbolístico es más que meritoria.

Fran Mérida: De largo el mejor futbolista de los 22. En el verde y fuera de él reconociendo su error en la falta de la segunda amarilla. Me encantó su celebración del 1-1 yendo hacia la marea azulgrana señalando una camiseta que empiezo a pensar es importante para él. No en vano, ha resurgido en Huesca.
 
Darwin Machís: Terminó demasiado ansioso por marcar, pecando de individualista. Una pequeña minoría que ni de lejos representa a la afición del Zaragoza le profirió gritos racistas. En uno de los goles del Huesca, hizo un feo gesto a la grada por el que, ya en frío a la mañana siguiente, tuvo que pedir perdón públicamente.

Tyronne: Aunque participativo en todo momento, no se le vio cómodo mientras jugó en punta. Luego, escorado a la izquierda estuvo algo mejor. Creo que en ocasiones conduce demasiado el esférico. Tengo ganas de verlo jugando de segunda punta. Igual este domingo.

Aythami: Salió por Óscar Ramírez en el descanso y pecó, como toda la zaga, de falta de contundencia defensiva.

Héctor Figueroa: Fue prácticamente salir y marcar. Primero Mérida y después él. Ahora mismo, es junto con Luis Fernández el delantero de referencia porque está claro que con Máinz el Huesca no cuenta y a Jonathan Moya ni se le espera.

José Gaspar: Le tocó salir en el peor momento. Con 3-2 y a punto de quedarse el equipo con 10.

Anquela: Está demostrando que se puede jugar con cinco defensas y ser ofensivo. Aprovecha muy bien la versatilidad de jugadores como Jesús Valentín y la profundidad de los laterales, sobre todo Morillas. Si hace siete años afirmé que sacando a Sorribas por Helguera no se nos escapa aquel 0-2, este año me quedo con la duda de si con el 1-2 no debería haber apostado por Manolo o Iñigo Ros.

El árbitro: Munuera Montero

No se lo pusieron fácil los protagonistas y creo que Munuera Montero llevó el partido con temple, sin aspavientos y lo más imporante: acertó en las decisiones complicadas.

Buen arbitraje, pardiez.


5 comentarios:

Modestino dijo...

Es de agradecer la mesura y ponderación. Me temo que seguirá habiendo derbi ... a no ser que Carreras resucite a alguno y Juliá acierte con un par de fichajes.

El Huesca jugó mejor, pero no podemos olvidar que el Zaragoza supo remontar con 10 y ganaba en el 92 ... por eso pienso que cabe hablar de resultado justo. En mi opinión, excesivo el titular del Altoaragon. ..
Habría que conseguir que los debía tuvieran el buen rollo que hay cuando visita La Romareda el Numancia.
Enhorabuena por ese gran trabajo.

Nacho dijo...

Modestino:

Muchas gracias por comentar. Es un auténtico placer charlar de fútbol contigo, aunque supongo que en la visión de alguna jugada discreparemos. Pero eso, precisamente, es una de las cosas que hace grande este deporte, que es completamente opinable.

Los dos pudieron ganar y entiendo titulares similares por parte de los dos bandos. Justo o no, la realidad es que la cosa quedó en un vibrante empate.

Visto lo visto, no creo que se puedan comparar estos partidos con los del Numancia. Lo que me parece inadmisible es el afán de unos cuantos por crisparlos.

¡Un abrazo!

Víctor Lorente dijo...

Gran crónica Nachete. Temo x mi trabajo ;) Sabes q no quiero q haya más derbis xq quiero al Real Zaragoza en Primera, pero disfruté tanto con éste, q ya quiero la vuelta. Un abrazo!

Modestino dijo...

Bueno ... estaría bien que hubiera más derbis: en primera¡¡¡¡

Nacho dijo...

Víctor:

Lo que tiene mérito de verdad es hacer una crónica con la rotativa o los oyentes hambrientos acuciando.

Para el partido de vuelta, a ver si estamos todos con los objetivos cumplidos. Si no, mucho me temo que todavía se tense más el asunto y no tiene ningún sentido.

¡Un abrazo!

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Modestino:

Buena matización :)

¡Nos vemos!

Nacho