Siempre he pensado que sonreir es una de las cosas que más puertas puede abrirle a uno en la vida. ¡La de gente interesante que puedes conocer gracias a tu o a su sonrisa!
Mirándolo por el lado negativo, un rostro duro o apenado puede hacer que, sin darte cuenta, pierdas la oportunidad de descubrir alguna de las muchas grandes personas que vagan por el mundo ya sea porque no estés receptivo tú o porque no le transmitas lo suficiente a la otra parte.
Quizás por esto me ha dado cierta rabia salir a la calle hoy con cara de "póker" debido a la extracción de la muela. Seguro que más de uno ha pensado "¡qué mosca le habrá picado al tío este que va tan serio!". Ya lo siento, pero los puntos no me dejan mucho juego mandibular.
Ahora que ya he recuperado el hambre, espero que mi sonrisa luzca palmito lo antes posible.
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