jueves, 19 de agosto de 2010

La cuadratura del triangular

Cuando menos como triste debe calificarse el esperpento que se está viviendo en las relaciones entre la SD Huesca y el Real Zaragoza a colación del Trofeo Carlos Lapetra.

No seré yo quien defienda la actitud en este caso del Real Zaragoza - me temo que, una vez más, impropia de lo que representa- pero también creo que a la SD Huesca - también una vez más- le ha vencido la precipitación.

Aunque uno nunca sabe la realidad de todo cuanto acontece (a lo mejor resulta que hay algo más que no ha trascendido), ¿no hubiera sido más fácil solucionar este tema internamente entre los dos clubes sin generar tanto revuelo?

Sólo espero y deseo que este tipo de sandeces no terminen enturbiando el Trofeo Carlos Lapetra y, lo que sería peor, que no se dé pie a quienes sólo entienden el lenguaje del insulto, el escupitajo y el mamporro (que haberlos, haylos tanto en Huesca como en Zaragoza).

Un poco de cordura, porfaplís.

2 comentarios:

Jasmonato dijo...

Completamente de acuerdo, Nacho. Son como niños de San Viator.. Cualquier día se calientan en el padre Querbes.

Por cierto, me alegra ver que te animas y vas escribiendo, que me tenías preocupado. ¿Vacaciones?

PD: Un sexteto cervecil??

Nacho Alastruey Benedé dijo...

Jasmonato:

Ya ves... Esto de la bitácora va a rachas.

Con respecto a las peleas del Querbes, matizaré que no se trata tanto del hecho en sí de pelearse en dicho lugar sino de delante de quién se pelea. Si es delante de alguien famoso tiene más glamour.

Ps.: Acepto el sexteto cervecil. Te llamo y concretamos fecha.