Agradezco al autor del blog que me permita descargar mi frustración: el domingo hay derbi aragonés, y será de todo menos un partido serio. A continuación la larga lista de temas por los que estoy que trino.
Primeramente la fecha: un 3 de enero no es nada serio jugar
un partido, a caballo entre uvas, polvorones y los niños incordiando con la
venida de los Reyes Magos dos días más tarde. Además, empiezan las rebajas, y
dile a la parienta que el domingo por la tarde no cuente contigo porque te vas
al fútbol. En el milagroso caso de que puedas escaquearte de largas colas y
peleas por ropas, complementos o muebles, llega otro tema tan indignante como
poco serio: la hora del partido.
Las 19.15, que sólo al leerlo suena muy cursi, pero que si
además se te ocurre decir las siete y cuarto, alguno te tratará de loco y
preguntará si es de la mañana o de la tarde.
Obviando este dato, a las 19.15 no sabes si llevarte
bocadillo o no para el descanso: a las ocho de la tarde parece muy pronto para
cenar y muy tarde para merendar. Es una hora muy inconveniente para un partido
de fútbol juegue quien juegue.
Soportada o no mi indignación por la fecha y por la hora,
hablemos de lo deportivo. Si lo miramos del lado zaragocista, no es serio que a
una semana del derbi no hubiera firmado entrenador, y que a última hora del
domingo Carreras fuera el nuevo técnico blanquillo. No sé si quieren darle
ventaja al Huesca, o han ido de sobrados pensando que para ganarle al Huesca,
no era necesario ni tener entrenador.
Mirándolo desde la perspectiva azulgrana, resulta poco serio
saber quién jugará en la delantera azulgrana tras la baja de Luis Fernández y
la no llegada de Jonathan Moya mientras servidor escribe esto. No sé si es
menos serio alinear a Héctor Figueroa, o que el técnico descarte jornada tras
jornada a David Mainz, que parece que marcar goles ya sabe, aunque el técnico
no quiera enterarse del tema.
No es serio que el ídolo del partido pueda ser un jugador
del Huesca cedido por el Zaragoza, no es serio que la afición azulgrana no
encuentre un jugador zaragocista para vacilarle todo el partido: está Vallejo
que daría el perfil, pero no mola meterse con un jugador de calidad suprema.
No es serio que muchos zaragocistas te digan “¿dónde vas con
una bufanda del Levante?”, cuando pone claramente SD Huesca, ni mucho menos
serio que el árbitro del partido no sea conocido para poder acordarte de su
nombre.
Munuera Montero es un nombre corriente y moliente, imposible
de recordar a los dos días de haberse celebrado el partido. Debería pitar
Petón, juez imparcial donde los haya con Eduardo Bandrés y Armando Borraz como
asistentes y Bueno Grimal de cuarto árbitro, y entonces, sería un partido serio
donde los haya.
Pero no: 3 de enero a las 19.15, unos con entrenador nuevo,
otros sin delanteros fiables…, no me dirán que no es como para preocuparse. De
hecho, estoy pensando si ir al partido o quedarme a ver el programa de María
Teresa Campos, que seguro que es refrito de todo el año, y me he perdido
bastantes días.
Tengo algunos días para pensar que hago finalmente. Entre
eso, el cotillón de nochevieja y pensar qué meto el día del derbi en el pan si
es que definitivamente decido ir al fútbol y con bocadillo, transcurrirá mi
semana de fin de año: es una locura y no es nada serio empezar así 2016.
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